El presidente del Consejo de Ministros de Perú, Gustavo Adrianzén, destacó ante la OCDE que la informalidad laboral es uno de los mayores desafíos que afronta Latinoamérica y que necesita enfoques diferentes.
«Es un problema multivariable, tiene diferentes orígenes y en consecuencia a diferentes tipos de informalidad hay que darle diferentes soluciones», explicó en una entrevista con EFE en París, donde participó en la reunión de alto nivel del Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Afirmó que «es imprescindible que los países tengamos capacidad para atraer a todos los actores del mercado hacia la formalidad» para garantizarles «condiciones dignas de trabajo», Seguridad Social y derechos laborales.
Durante la reunión del Centro de Desarrollo, del que forma parte Perú, recordó que más de la mitad de los trabajadores en Latinoamérica tienen un empleo informal.
En su informe de Perspectivas para Latinoamérica, la OCDE recuerda que en 2022 esos trabajadores eran precisamente un 55,7 % del total, lo que constituye una pequeña mejora respecto a 2010, cuando eran un 59,4 %
La informalidad es particularmente elevada en Honduras, Bolivia, Nicaragua o Perú, donde supera el umbral del 60 %.
Preguntado sobre el proceso de adhesión de Perú a la OCDE, el primer ministro afirmó que el objetivo es que se lleve a cabo «lo más pronto posible».
En 2022, la OCDE abrió discusiones para la integración de seis países candidatos (Argentina, Brasil, Bulgaria, Croacia, Perú y Rumanía) a los que se han sumado este año otros dos (Indonesia y Tailandia).
En la actualidad, el conocido como el ‘club de los países desarrollados’ cuenta con 38 miembros, entre los que hay cuatro países latinoamericanos: México, Chile, Colombia y Costa Rica.
El Gobierno peruano trabaja con el objetivo de que la adhesión se lleve a cabo en 2027.
Actualidad Laboral / Con información de Swissinfo