26-03-2020

“Tenemos grandes cantidades de stock en nuestras tiendas, almacenes y en tránsito, que está pagado, y si no tomamos esta acción ahora estaríamos asumiendo la llegada de stock que simplemente no podemos vender”, afirmó la semana pasada Paul Marchant, consejero delegado de Primark, al anunciar la cancelación de todos sus pedidos.


Como Primark, los principales gigantes de la industria de la moda, de Inditex a New Look, han comenzado a paralizar sus compras para contener el stock ante la evolución de la pandemia del Covid-19. Patronales de países emergentes de todo el mundo, en los que la industria global de la moda basa su aprovisionamiento, empiezan a pedir a los grandes grupos que no deshagan posiciones ante el impacto en sus economías.


Con la ciudadanía confinada desde ayer y las fábricas cerradas, India pide a los retailers que se hagan cargo de las producciones ya listas para recoger. La Apparel Export Promotion Council (Aepc), que representa los intereses de la industria de la confección en la India, ha enviado una carta a los principales operadores de Europa y Estados Unidos en la que les exhorta a no cancelar pedidos en el momento actual, a la vez que se abre a buscar medidas de flexibilidad. “Esperamos y rezamos para que la situación se normalice en las próximas semanas -dice la misiva-; como socio importante que comparte responsabilidad en la importancia que tiene este sector con las personas involucradas en la cadena de suministro, esperamos su amable comprensión y rezamos para que considere nuestra solicitud”.


Además de Primark, a lo largo de los últimos días varias empresas han comunicado a sus inversores que entre sus planes de ajuste para hacer frente a la pandemia figura el ajuste de sus compras. El grupo británico Superdry, por ejemplo, introducirá “cambios potenciales en los tiempos y estructura de las compras de stock para la próxima colección”.


Las fábricas de India han pedido a los retailers que no cancelen


Los gigantes deberán acompasar sus pedidos a la progresiva apertura del comercio en los diferentes países afectados por el cierre de tiendas. Italia y España fueron de los primeros grandes mercados de la moda en abrazar esta medida, a la que más tarde se sumaron Francia, Alemania y, ahora, Reino Unido y Estados Unidos.A principios de marzo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) realizó una primera aproximación al impacto de la pandemia en la industria de la moda en todo el mundo. La organización cifró en US$1.500 millones las pérdidas en el textil y la confección, derivadas principalmente de la falta de materias primas. En este sentido, la ONU señalaba que el mercado más afectado será el europeo, con pérdidas de US$538 millones; Vietnam, con US$207 millones; Turquía, con 164,2 millones de dólares; Hong Kong, con US$107 millones; Taiwán, con 102 millones de dólares, y Estados Unidos, con pérdidas estimadas de US$80 millones.


La entidad presidida por António Guterres no contemplaba, sin embargo, la cancelación de pedidos que ya se está produciendo: en las últimas semanas, 490 fábricas de Bangladesh, uno de los mayores hubs del mundo, habían recibido cancelaciones de pedidos con un impacto de 1.440 millones de dólares en las exportaciones del país.


“Las fábricas están registrando nuevos casos cada hora -explica Rubana Huq, presidenta de la Bangladesh Garment Manufacturers ans Exporters Association (Bgmea), en declaraciones recogidas por Sourcing Journal-; les hemos pedido que recojan la mercancía, que ya está fabricada, incluso con pagos diferidos”.


El impacto de las cancelaciones no se limita a mercados asiáticos, sino que también llega al aprovisionamiento en cercanía. En Turquía, donde los grandes grupos desplazaron sus producciones con la paralización de China, comienzan a registrarse cancelaciones de pedidos, situación que se repite en Marruecos.


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