La mujer rural es uno de los motores del campo colombiano. Pese a tener poca tierra son grandes productoras de alimentos, tanto para el consumo como para la despensa de los hogares.
Según la séptima entrega del Tercer Censo Agropecuario, que hizo el Dane, del total de las Unidades de Producción Agropecuaria (UPA), las mujeres productoras, en un 73,7 por ciento tienen menos de 5 hectáreas.
Por lo general, son propietarias de sus pequeñas parcelas, pero también es común la asociatividad. Las araucanas y atlanticenses son las que más reportaron ser dueñas de la tierra, mientras que en Amazonas y Vaupés las mujeres se van más por la tenencia colectiva.
También la mujer es más juiciosa a la hora de tener las herramientas para trabajar el campo. En medio de la escasez de tenencia de maquinaria, el 28,5 por ciento de las mujeres cuenta con lo necesario para producir, mientras que esa proporción es menor entre los hombres: 22,0 por ciento.
Otro de los talones de Aquiles que ha identificado el Censo en el sector rural es la escasez de asistencia técnica. En el caso de las UPA regentadas por mujeres también hay mayor proporción de este servicio.
Y el acceso a crédito, que también está bajo en las áreas rurales, ha sido posible para el 8,5 por ciento de las UPA en las que las mujeres productoras son las que toman las decisiones de producción.
Cabe destacar que, gran parte del trabajo que aporta la mujer en el campo está enfocado al autoconsumo. Un 65,4 por ciento de ellas utiliza parte de la producción para abastecer su propia mesa y, en el caso de las que sí están dedicadas a la labores rurales como actividad económica, la proporción baja al 58,5 %.
Actualidad Laboral / Con información de El Tiempo