Sabrina González Pasterski fabricó un avión con 9 años e hizo que volara cuando tenía 14. Ahora tiene 23 y está considerada una de las mentes más brillantes del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) después de graduarse con la nota más alta de la historia. Además, la revista Forbes ya la incluyó en la lista de los 30 mejores talentos menores de 30 años.
Nacida en Chicago, de madre cubana y padre estadounidense, está explorando cuestiones físicas como los agujeros negros, la relación espacio-tiempo y la naturaleza de la gravedad . Sus investigaciones podrían cambiar drásticamente la comprensión actual del universo y son semejantes a las que llevaron a cabo personajes como Albert Einstein o Stephen Hawking en su juventud.
La nueva promesa de la física no tiene tiempo para las redes sociales: ni cuenta de Twitter, ni actualiza su Facebook, cero fotos en Instagram y su currículum no aparece en LinkedIn. Y no, tampoco tiene smartphone. En su infancia pasaba horas en el garaje de su padre arreglando motocicletas y construyendo maquetas de aviones.
Lo que sí hace es actualizar periódicamente un sitio web llamado PhysicsGirl, donde cuenta sus logros, sus actividades y refleja parte de los trabajos en los que participa. Para poder llevar adelante todo ello Pasterski cuenta que nunca ha tenido novio ni ha probado alcohol o cigarrillos: “Prefiero mantenerme alerta, que me conozcan por lo que hago y no por lo que no hago”.
A esta joven criada en los suburbios de Chicago le llueven las ofertas de trabajo: Jeff Bezos, fundador de Amazon y de la empresa aeroespacial Blue Origin, le guarda un puesto a González. Así también lo ha declarado la NASA. Y no sólo le sobran los empleos futuros, también ha recibido cientos de miles de dólares en becas de la Fundación Nacional para las Ciencias.
Mientras estudia un doctorado en la Universidad de Harvard, González no deja de lado su proyecto personal: poder enviar una nave al espacio construida por ella misma. De hecho cuándo le preguntan por su sueño, contesta: “Llevar a alguien a Marte. Sé que suena inviable pero si trabajas, todo puede ser posible”.
A esta mente privilegiada de las ciencias no le importa que el 30% de los graduados en física y química en EE.UU. estén desempleados: “La física es muy emocionante, es un trabajo sin horarios. Cuando sientes que no puedes más, descansas y cuando no, te dedicas a la física”.
Entre sus principales influencias se encuentran el físico y ganador del Premio Nobel de Física, Leon Max Lederman, el matemático y físico inglés Freeman John Dyson y el químico, también ganador del Premio Nobel de Química, Dudley R. Herschbach.
Actualidad Laboral / Con información de La Vanguardia