Más de 500.000 ciudadanos venezolanos vivirían en Ecuador. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), sede Ecuador, la región de América Latina y el Caribe es el principal destino de la población venezolana por diversos motivos.
Citando datos de la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), 80% de los más de 5,6 millones de personas venezolanas residiendo en el extranjero se han establecido en la región.
Entre los países que han recibido un mayor número de población venezolana, se encuentra Ecuador. De acuerdo con esa plataforma, indicó la OIM, en la actualidad en el territorio nacional habría 502.214 personas venezolanas.
Uno de esos extranjeros es Ana María Colmenárez, del estado Portuguesa, quien llegó al Ecuador hace siete años.
Con el objetivo de dar una mejor calidad de vida a su familia, cuatro personas emprendieron el viaje por tierra durante tres días en bus y llegaron al país por Colombia.
Arribaron al sector de Carcelén, en el norte de Quito. Arrendaron un departamento por un mes con un poco de ahorros de los que disponían.
Dos días después salieron a buscar empleo, pero no lo consiguieron, por lo que empezaron a vender café, chocolate caliente y empanadas. Colmenárez recordó que como llegaron en noviembre, era una época con bastante frío y su esposo preparó chocolate caliente de donde nació la idea para comercializarlo en la calle.
El negocio lo implementaron en una cancha de vóley en donde había gran cantidad de personas.
Nunca antes lo habían hecho, pero se transformó en su manera de vivir por más de dos años. Fue su ingreso para comprar alimentos y pagar el alquiler.
Como complemento, ella limpiaba casas y su marido se dedicaba a tareas de mudanza, sin embargo, eran trabajos parciales hasta que él pudo conseguir un empleo estable, pero llegó la pandemia del COVID-19 y salió.
No obstante, lo volvieron a contratar y aunque dejó de hacerlo en agosto pasado, ahora pusieron un emprendimiento en un local propio de planificación gourmet. Venden panes de hamburguesa, de hot dog, para shawarma y tienen clientes como restaurantes y cafeterías.
También participan en ferias de emprendedores que les permite darse a conocer. Ella es docente de profesión y su esposo ayudante de mecánica industrial, ya están regularizados en Ecuador.
Contó que fue duro al principio el adaptarse como migrantes. Hoy son cinco, pues su última hija nació en Ecuador, y uno de sus hijos ya es bachiller.
Sus planes a futuro son mantenerse en Ecuador para solo volver a Venezuela de visita.
“Somos trabajadores, educados, profesionales y somos bien agradecidos”, expresó la mujer.
Ha sentido situaciones de xenofobia, pero prefirió no generalizar como un comportamiento habitual de los ecuatorianos, así como no pensar que todos los venezolanos son malos.
En Pelileo a inicios de este mes los habitantes hicieron una marcha contra la inseguridad en la que se exigió la salida de extranjeros. Allí se asocia el surgimiento de delitos a la presencia de extranjeros en condición irregular. Aquello fue rechazado por el Gobierno nacional.
Cyndi Díaz vendía los tradicionales tequeños en una feria organizada por el Municipio de Quito, el pasado fin de semana.
Ella señaló que son elaborados a base de harina de trigo, rellenos de queso o jamón o ambos. Es típico del estado Miranda.
Está por cumplir cinco años en Ecuador después de dejar Caracas. La situación económica y sanitaria la obligó a dejar su tierra donde vendía comida. Seis días se tardó en llegar al país entre tomar buses o pedir que la lleven junto a su hijo. Vino para reencontrarse con su esposo, quien trabaja en labores de construcción.
Se alojaron en casas de familiares hasta que lograron adquirir cosas propias. Tienen una hija ecuatoriana. No tiene un local propio, pero trabaja en ferias y a través de redes sociales.
Vive al sur por el sector de la Quito Sur. Sobre actos de xenofobia, recordó que en una ocasión le hicieron levantar a un hijo de un asiento en el transporte público en la capital.
La OIM se refirió a un estudio acerca de la contribución económica de la población venezolana en Ecuador de la fundación alemana Konrad Adenauer Stiftung, y de la Cámara Empresarial Venezolana Peruana, según la cual la migración venezolana tendría un impacto fiscal neto para la economía ecuatoriana de US$ 31,9 millones.
“Esta estimación considera la recaudación fiscal por ingresos y consumo de la población migrante venezolana, los aportes de la cooperación internacional y el costo fiscal que esta migración le representa al Estado ecuatoriano”, indicó la OIM.
Actualidad Laboral / Con información de Américaeconomia