El desempleo entre personas de 16 a 24 años en zonas urbanas de China alcanzó en octubre el 17,1 %, con lo que se mantiene por encima del 17 % por cuarto mes consecutivo pese a registrar una leve caída este mes respecto a septiembre.
Según los últimos datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), la cifra aumentó fuertemente a lo largo del verano: pasó de un 13,2 % en junio a un 17,1 % el mes siguiente, añadiendo otros 1,7 puntos en agosto, lo que supuso un récord después de que las autoridades del país revisaran, a finales del año pasado, la metodología del indicador para excluir a los estudiantes.
En septiembre, la tasa bajó al 17,6 %, con lo que con el 17,1 % de este mes acumula cuatro meses por encima del 17 %.
Los malos datos del empleo juvenil el pasado verano se debieron, según la prensa local, a la entrada en el mercado laboral de un número récord de graduados universitarios -la cifra de este año se estima en unos 12 millones- y a las perspectivas cada vez menos halagüeñas que encuentran en el mercado laboral, lastrado por la ralentización de la recuperación de la segunda economía mundial.
China dejó de divulgar los datos de paro juvenil en julio del año pasado después de que estos alcanzasen un máximo histórico del 21,3 %, y reanudó su publicación en diciembre.
Tras la exclusión de los estudiantes para reflejar «de forma más precisa» que la búsqueda de empleo no era una prioridad para ellos, la nueva medición de la ONE se situó en el 14,9 % ese mes.
Las autoridades del país han situado el empleo juvenil entre sus máximas prioridades, tanto por el efecto negativo sobre el consumo que entraña la posible caída de las rentas como por los riesgos para la estabilidad social, un asunto vital para Pekín.
Funcionarios del país asiático anunciaron un paquete de estímulos con medidas de apoyo al sector financiero, al inmobiliario o al mercado de valores para reavivar la recuperación de China ante los temores sobre si podrá cumplir con su objetivo de crecimiento de este año.
La baja demanda nacional e internacional, unida a riesgos de deflación, estímulos insuficientes, una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo o una falta de confianza en el seno de los consumidores y el sector privado son algunas de las causas que esgrimen los analistas para explicar lo que ocurre en la segunda mayor economía mundial.
Actualidad Laboral / Con información de Swissinfo