El gato de Cheshire le dijo a Alicia, “si no sabes dónde quieres ir, cualquier camino te vale”, si por el contrario quieres ser feliz trabajando y al mismo tiempo ser un profesional valorado hay una ruta que, a mi modo de ver pasa por algunos puntos de obligada visita.
Da tu mejor versión en todo momento
Si estás en un proyecto dalo todo, comprométete al 100%, es de ley. No seas cortoplacista. Juega siempre como protagonista. Hazlo de una forma honesta y con valores. Muéstrate cómo eres, sé generoso y aporta todo lo que esté en tu mano. Si te descubres un día pensando que no te apetece hacerlo, probablemente ha llegado el momento de buscar un nuevo reto.
Recupera el autoaprendizaje
Mantén viva tu bendita curiosidad. No seas superficial, profundiza en los temas. Acude a la fuente y conoce la realidad de las situaciones. Ve vídeos, lee posts, realiza MOOCs, conversa con profesionales que te aporten. Sé humilde, nunca pienses que ya sabes lo suficiente sobre una especialidad, porque en el momento que lo hagas, has empezado a estar obsoleto.
Sé flexible
Ten la mente abierta y tus miras amplias. No cristalices, lo rígido se rompe con facilidad. Estate abierto a nuevas opiniones y puntos de vista. No prejuzgues. No busques un retorno directo por cada cosa que aportes. Ten un espíritu crítico y cuestiónate permanentemente las formas de hacer. No pienses que un éxito pasado garantiza uno futuro, porque lo único cierto en esta nueva era es el cambio y la incertidumbre.
Sé audaz y auténtico
Sé valiente, osado, participa, atrévete a dar tu opinión, a desarrollar iniciativas, a presentar nuevas ideas. Lo de siempre ya sabemos lo máximo que puede aportar. No tengas miedo a equivocarte, es la única forma de aprender. Qué no te preocupe el qué dirán, sé tú mismo y compórtate acorde a tus principios. Aprende a quejarte y hazlo siempre de cara, con la persona que puede cambiar las cosas y con una propuesta alternativa.
Sé exigente contigo mismo y con los demás
Exígete por lo menos lo mismo que le exigirías a una persona a la que contrataras tú. Tan importante es conseguir tus objetivos cómo la forma en la que lo haces. Habla con sinceridad y con respeto. Sé exigente con los proyectos en los que participas, las malas empresas y organizaciones no se merecen buenos profesionales. No seas condescendiente con tus compañeros ni con tu equipo, no les haces ningún favor, porque sin exigencia no hay crecimiento.
Si tuviera que resumirlo todo, te diría que seas egoísta, pero que lo seas de forma inteligente. Destierra el “qué se fastidie el capitán que yo no como” eso sólo te hace daño a ti, y esfuérzate para que todas tus decisiones maximicen tu felicidad asumiendo sus consecuencias. Todo lo anterior que te he contado es muy útil para la organización para la que trabajes, y sobre todo va a ser mucho mejor para ti: vas a ser más feliz, tu valor como profesional va a crecer permanentemente, vas a tener muchas más oportunidades, mucha más gente va a querer trabajar contigo.
Y para que realmente disfrutes de este camino, vive muy despierto, coge las riendas de tu vida y no te canses nunca de perseguir tus sueños.
Actualidad Laboral / Con información de MBA Americaeconomía / Eugenio de Andrés