17-10-2016
Los hombres y las mujeres trabajan juntos, abordan los mismos problemas de negocios, participan en las mismas reuniones y caminan por los mismos pasillos. Los puntos en común, sin embargo, terminan allí, según un nuevo estudio.
Ellos y ellas experimentan entornos laborales muy distintos, en los que las probabilidades de avance profesional varían ampliamente y las carreras están definidas por género. Los datos muestran que los hombres consiguen más ascensos, reciben tareas más difíciles y tienen un mayor acceso a los líderes de la empresa. Además, son más propensos a confiar en que se encaminan a un cargo ejecutivo y están más convencidos de que su empleador recompensa el mérito.
Las mujeres, en cambio, perciben un camino más empinado hacia la cima. Menos de la mitad cree que los ascensos se otorgan de manera justa o que los empleados más calificados reciben las mejores oportunidades. Una proporción importante de mujeres dicen que su género les dificultará avanzar, y este sentimiento es más fuerte entre las que ocupan cargos altos.
Estas son las conclusiones de un estudio sobre mujeres que trabajan realizado por LeanIn.Org y McKinsey & Co. Los investigadores recabaron durante el primer semestre información sobre ascensos, abandonos y trayectorias en 132 empresas globales, encuestando a 34.000 hombres y mujeres sobre su experiencia laboral.
La disparidad comienza en el nivel inicial, en el que los hombres tienen 30% más de probabilidad de ser ascendidos a cargos gerenciales. Continúa durante sus carreras, conforme ellos avanzan en mayores cantidades y constituyen la gran mayoría de las contrataciones externas. Las mujeres ocupan menos de un cuarto de los puestos de liderazgo sénior y menos de un quinto de los máximos cargos, si bien las cifras aumentan lentamente.
Muchas más mujeres que hombres sienten que no les reconocen sus ideas o aportes. Fuera de la oficina, las mujeres realizan una porción mucho más grande de los quehaceres domésticos y familiares que sus maridos, lo que las puede llevar a limitar sus ambiciones de ocupar cargos más altos.
Aunque las empresas están ideando soluciones creativas, los resultados del estudio sugieren que a los líderes les queda mucho por hacer para que tanto hombres como mujeres se sientan tratados de forma justa.
Ellos y ellas concuerdan en que la mayoría de los empleadores no están haciendo lo suficiente para generar cambios. Aunque la mayoría de los empleados cree que sus presidentes ejecutivos apoyan la diversidad, sólo 45% considera que su empresa está haciendo lo suficiente para lograr igualdad de género.
Actualidad Laboral/ Con información de Wall Street Journal