Hay más mujeres solteras en la fuerza laboral que nunca, y eso está teniendo un profundo efecto en la economía de Estados Unidos.
Las mujeres trabajadoras aportan más de US$7.000 millones a la economía estadounidense. Para 2030, el 45% de las mujeres trabajadoras de 25 a 44 años en Estados Unidos serán solteras. Esa será el mayor porcentaje en la historia, según una investigación de Morgan Stanley que utilizó datos de la Oficina de Estadísticas Laborales.
En 2018, las mujeres solteras constituían el 41% de las mujeres trabajadoras en ese rango de edad.
Las mujeres siempre han tendido a ser las principales compradoras en los hogares estadounidenses, y las mujeres solteras gastan más que las casadas, indica la investigación de Morgan Stanley.
Algunos sectores en particular podrían beneficiarse de este cambio demográfico. Es más probable que los sectores de ropa y calzado, cuidado personal, comida, lujo y vehículos eléctricos reciban un impulso por parte de un mayor gasto de las mujeres solteras.
En el segmento de la indumentaria, marcas como Lululemon Athletica y Nike están bien posicionadas, incluso a medida que una población envejecida constituye un lastre para el sector.
Los solteros, especialmente las mujeres, gastan más en cuidado personal que sus amigas casadas. Morgan Stanley dice que la matriz de Sephora LVMH y Ulta Beauty podrían beneficiarse de este cambio.
La salida de Estados Unidos del modelo familiar tradicional también significa más negocio para restaurantes de comida rápida e informal como Chipotle Mexican Grill y Starbucks.
Morgan Stanley espera que más mujeres compren más autos en el futuro. Por el momento, los hombres representan un grupo mayor de compradores, pero con el tiempo, la división de compradores entre hombres y mujeres se igualará, lo que podría dar un gran impulso a las ventas automotrices. La principal selección del banco en ese segmento es Tesla.
Más allá de lo tradicional
Pero las mujeres solteras que trabajan no solo compran labiales, sino también autos y pantalones para hacer yoga.
“Los hogares de bajos ingresos, que tienen más probabilidades de estar dirigidos por mujeres, gastan el 82% de su presupuesto en necesidades básicas como vivienda, alimentación, transporte, atención médica y ropa”, dijo Lauren Bauer, investigadora de estudios económicos de la Brookings Institution.
En comparación, los hogares de ingresos medios gastan solo el 78% de su presupuesto en necesidades básicas, según un informe de The Hamilton Project en la Brookings Institution. Aunque la vivienda representa la mayor parte del gasto en todos los grupos de ingresos, consume casi la mitad del presupuesto de los hogares de bajos ingresos. La comida y el transporte son los siguientes dos artículos más importantes.
Es probable que la proporción de mujeres solteras en la fuerza laboral aumente a medida que más mujeres obtienen títulos de licenciatura, se casen más tarde y esperen hasta que sean más grandes para tener hijos. Aproximadamente el 80% de las mujeres solteras entre las edades de 25 y 54 años trabajan o buscan empleo, dijo Bauer.
A medida que cambia la fuerza laboral, las corporaciones tendrán que reinventar la manera en que pueden apoyar a sus empleadas. Una de las mayores barreras restantes entre las trabajadoras es el acceso al cuidado infantil.
“Tenemos que hablar sobre liberar la presión en el hogar”, dijo Pam Jeffords, socia y líder de diversidad e inclusión en PwC. Y esto significa que los empleadores piensen en la atención —tanto para los niños como para los padres— como una condición para el empleo y no como un beneficio.
“Las organizaciones deben dejar de asumir que hay un solo tipo de unidad familiar tradicional que necesita un solo tipo de apoyo”, dijo Jeffords.
Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios