Estamos de acuerdo en que no existe un manual exacto para ser un gran líder, pero si existen algunos métodos a seguir que nos acercarán al mejor liderazgo.
Tener un plan
Los mejores presidentes crearon un plan orientado a conseguir todas sus metas y transmitieron a las naciones cómo lo iban a lograr. Fueron honestos con las noticias que iban surgiendo, y cuando tuvieron que corregir algún fallo, explicaron la razón. Este es el perfecto ejemplo de Lincoln y Washington.
Mantener la calma
Cuando se enfrentaron a alguna calamidad, mantuvieron la cordura en todo momento. Washington tuvo tantos éxitos como fracasos en sus ocho años al cargo. En todo momento mantuvo la calma. Los grandes líderes se crecen ante las amenazas.
Ser consistente y consecuente
Los cambios en el curso de los acontecimientos son algo inevitable. Lincoln fue consecuente en todo momento y se mantuvo firme a la hora de conseguir su objetivo principal: Mantener la nación intacta. Cambió sus estrategias pero nunca varió su objetivo final. Los líderes de las pequeñas empresas deben hacer exactamente lo mismo. Recordar su razón de ser y mantenerse firmes con sus objetivos.
Ser empáticos
Los grandes líderes permiten que sus empleados fallen y aprendan de esos fallos. Ningún líder demostró mayor empatía que Lincoln, que en vez de castigar, actuó con amor y compresión siempre.
No tener miedo a tomar decisiones arriesgadas
A veces los líderes tienen que tomar decisiones que no van a resultar populares entre la población. John Adams, quién decidió no ir en guerra contra Francia, puso a mucha parte de la población en su contra. Pero mantuvo a EEUU alejada de lo que podría haber sido una gran derrota.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes