Para el director general del Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin), la puesta en marcha del programa económico del gobierno resultó una ser "hecatombe", según señaló durante su intervención el fin de semana en el foro “Las medidas económicas y sus consecuencias”, organizado por la Fundación Espacio Abierto.
“Un programa económico requiere de confianza, de cifras, de parámetros en los que moverse, de financiamiento, de un liderazgo que lo explique y dé a conocer sus bondades y ninguno de estos aspectos están presentes en el paquete de medidas anunciado por el presidente Nicolás Maduro hace un mes”, dijo Arismendi.
“La economía no está en condiciones de asimilar el aumento salarial de 5.900%”, destacó para advertir que el gobierno debió llamar a los empresarios por sectores y ofrecer un plan de auxilio a los que no pudieran aguantar.
A poco más de un mes de haberse dado a conocer el plan del gobierno para recuperar y estabilizar la economía, las medidas han terminado siendo una gran improvisación, indicó el abogado laboral.
“Es indispensable reconstruir el diálogo social para lograr una salida” a la crisis, acotó. “Es el diálogo social el que permite conocer lo que no se sabe hoy: estadísticas, en cuánto aumentará la inflación, cuáles son los planes de empleo”, mencionó Arismendi a manera de ejemplo.
La comisión tripartita constituida en 1997 permitió consensos entre empleadores, trabajadores y el Estado para incrementar el salario mínimo a comienzo de cada año, eliminar la retroactividad de las prestaciones sociales y abrir el camino legal para un sistema de protección social.
“Fue parte de los avances del mundo de hoy, eso no lo descubrió la tripartita, era una de deuda que el país tenía pendiente”, dijo en su exposición.
Con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia de la República comenzaron a revertirse los logros alcanzados. “Todo se decidía autoritariamente. Fue una cultura que se impuso desde el poder. Se inició la desinstitucionalización de las relaciones de trabajo. Comenzó la intervención estatal”, señaló el director general del Inaesin.
Arismendi concluyó que la economía no aguanta porque la destruyeron. “Los trabajadores de los contratos colectivos tienen que reaccionar reclamando las escalas salariales (aplanadas al llevar el salario mínimo a BsS 1.800). El mínimo no es el salario, es la base, el umbral por debajo del cual no se puede contratar a nadie. Ahora el desestímulo es mayor”, apuntó.
Actualidad Laboral / Nota de Prensa