La Navidad es un tiempo de intensidad emocional en todos los sentidos, donde nos reunimos con la familia para lo bueno (pasar tiempo juntos) y lo malo (recordar a seres queridos que ya no están y pelearse). Pero a esto hay que añadir, además, una creciente presión social por realizar un sinfín de tareas, que no acaba en casa. Aunque debería ser un tiempo de celebración, recogimiento familiar y descanso, para muchas personas las navidades acaban siendo una fuente inagotable de preocupaciones y estrés. Al menos un estudio, publicado en la prestigiosa revista 'Circulation', sugiere incluso que en estas fechas aumentan los ataques al corazón, y no solo por el aumento del consumo de alcohol y los atracones de comida.
Si bien, en muchos trabajos la Navidad es un tiempo en el que disminuye la carga laboral, en otros (y con cada vez más frecuencia) ocurre todo lo contrario: las tareas se acumulan y, con el objetivo de que al menos se pueda celebrar la Navidad y el Año Nuevo, el trabajo aumenta considerablemente. A esto, hay que añadir además, todas las labores domésticas: comprar regalos, cocinar, llevar a los niños a algún espectáculo que te hará sentir un buen padre o madre…
Cuatro claves para pasar unas navidades sin sobresaltos
En estas fiestas, cierta cantidad de estrés es muchas veces inevitable, pero se pueden seguir una serie de consejos para no agobiarnos más de la cuenta. La 'coach' experta en gestión del tiempo Elizabeth Grace Saunders ha compartido en un artículo publicado en 'Fast Company' cuatro claves que, asegura, pueden ayudar a mantener el estrés navideño bajo control. Son estas:
1- Controla tus expectativas
El estrés se genera por muchos factores. Algunos son externos y, por tanto, más difíciles de controlar: la Navidad está aquí, te guste o no; los niños tienen unas semanas de fiesta, y vas a tener que pensar qué haces con ellos; y en el trabajo te tocará hacer lo que te toque hacer. Pero, gran parte del estrés tiene desencadenantes internos, sobre los que sí es más sencillo incidir. En este sentido, es importantísimo controlar las expectativas que nos autoimponemos. Si pensamos de antemano que queremos celebrar una Navidad perfecta, con regalos geniales para toda la familia, comilonas insuperables y todo tipo de cenas con amigos, es probable que te acabes agobiando.
Lo ideal, explica Grace, es que pienses de antemano qué tienes que hacer y establezcas expectativas realistas. En general, trata de no añadir tareas extras que no sean estrictamente necesarias y, si no ves que no llegas a hacer algo, sencillamente no lo hagas. “Las tradiciones son hermosas, pero no todo tiene que pasar cada año”, explica la 'coach'. “La decisión de no hacer nada en absoluto, puede ahorrarte horas de tiempo y reducir enormemente la presión”.
2- Adelanta trabajo
No es necesario comprar los regalos de Navidad en septiembre, pero tampoco es una buena idea dejarlos para el último momento. La planificación no añade estrés, lo reduce. Es mejor pensar con antelación qué tareas tienes que hacer en navidades, para saber realmente el tiempo que te va a llevar, y poder renunciar a alguna si es necesario. Esto incluye el plano laboral y doméstico. Lo mejor es apretar esta semana antes de navidades, para estar más relajado entre el 24 de diciembre y el 1 de enero.
3- Simplifícalo todo
No es el fin del mundo que no pudieras preparar la cena navideña, y terminaras comiendo una cena pre-hecha. Tampoco pasa nada por envolver los regalos con un papel que no acaba de convencerte. Y si eres el anfitrión de una de las comidas de navidades, y tienes que pedir a tus familiares que traigan algo de comer, hazlo. Son solo algunos ejemplos de la cantidad de tareas que pueden simplificarse si te ves justo de tiempo. En todas las situaciones, Grace anima a hacerse dos preguntas: ¿Cuál es el objetivo detrás de estas acciones? ¿Cuál es la forma más sencilla de alcanzar ese objetivo? Lo mejor, asegura, es elegir la opción más sencilla, y si acabas teniendo tiempo extra y quieres hacer algo un poco más sofisticado, puedes hacerlo. Esto aplica también en el trabajo, sobre todo si tienes que hacer alguna entrega antes de fin de año, algo muy habitual.
4- Ten siempre márgenes
La razón por la que nos estresamos generalmente no se debe a la duración de las actividades, sino al momento en que se realizan. Lo que genera el estrés es el agobio de ver que no llegas, y este se puede evitar si mantienes siempre un margen de error. Si, por ejemplo, tienes que entregar un informe antes del 31 de diciembre, piensa que lo debes entregar el 30; pues, de lo contrario acabarás, trabajando contrarreloj, a la ves que piensas si has comprado o no las uvas.
Para eliminar realmente el estrés navideño no solo debes planificar para empezar antes las tareas, sino también para terminarlas más pronto que tarde.
Actualidad Laboral / Con datos de La Información