Ir escalando posiciones en una empresa no es ni una misión fácil, ni una misión rápida. Se trata de ir acumulando méritos y de ir demostrado tus aptitudes y capacidades para soportar mayor responsabilidad. No se trata solo de desearlo y luchar por ello, debes demostrarte a ti mismo y al resto del mundo que tienes las capacidades necesarias para estar al frente de la empresa.
Muchas veces no se trata solo de una cuestión de formación y predisposición, sino que también influye la personalidad de cada uno. Por eso, para no frustrarte en tu camino a la cima, debes primero ser consciente de si tu personalidad te permitirá algún día ser CEO o no, para que todos los esfuerzos realizados no sean en vano.
Analiza estos comportamientos y determina tú mismo si tienes madera de CEO.
Siempre quieres aprender más
Si eres una de una de esas personas que se encuentra constantemente en proceso de formación y que haber terminado la carrera no ha sido suficiente, ni el máster ni los idiomas, sino que quieres siempre seguir aprendiendo más y eres insaciable intelectualmente, sí, tienes madera de CEO.
Cuidas de tus compañeros
Si tienes el instinto de cuidar siempre a quienes te rodean, pretender facilitarle el trabajo, que estén cómodos y lo más a gusto posible, ya tienes una aptitud muy importante en tu carrera por convertirte en CEO.
Tienes capacidad de socializar
Aunque parece una aptitud más sin una relevancia importante, ser bueno en el trato con las personas, saber adecuarte al registro, cómo lidiar con otras empresas y atraer el talento, es fundamental para ser CEO. Si es algo que ya practicas estás un paso más cerca de conseguirlo.
Los fracasos no te frenan
Para conseguir el éxito no puedes dejar que nada te afecte, ni los fracasos ni las críticas. Busca tu objetivo y pelea por conseguirlo. Debes saber aceptar las críticas y aprender de ellas, pero no puedes dejar que te afecten a nivel personal ni te creen una inseguridad.
No tienes planes de futuro asentados
Cómo o dónde te ves en x años es una de las preguntas más frecuentes en las entrevistas de trabajo. Cuantos más planes de futuro tengas, más encasillado estarás y más difícil te resultara adaptarte a los nuevos retos.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes