12-05-2016
El Gobierno francés dice que con la polémica reforma laboral, decretada por el Primer Ministro Manuel Valls, esta semana, quiere mejorar la competitividad de las empresas y favorecer el empleo. Sin embargo, sindicatos, organizaciones estudiantiles y una mayoría social denuncian que conseguirá el efecto contrario en unas condiciones además de inseguridad para el trabajador.
En un principio, el texto debía presentarse el 9 de marzo ante el Consejo de Ministros pero después de ciertas filtraciones a mediados de febrero, la cita se pospuso hasta el 24 de marzo para dejar un espacio a las negociaciones con sindicatos y parlamentarios. Tras estas reuniones, el Gobierno francés realizó ciertas concesiones a los llamados sindicatos reformistas -principalmente la CFDT-, pero siguen sin ser suficientes para los detractores de la medida, que piden su retirada total, principalmente las organizaciones estudiantiles y los sindicatos CGT, FO, FSU y Solidaires.
1. Límite en las indemnizaciones por despido improcedente: El texto principal preveía el establecimiento de un techo en las indemnizaciones por despido improcedente, hasta ahora establecidos por un tribunal de trabajo. Para el sindicato reformista CFDT, eliminar ese techo era una exigencia para apoyar finalmente al Gobierno en la reforma. Finalmente, se mantiene un baremo indicativo que corresponde de tres a 15 meses de salario según la antigüedad del trabajador y que servirá de referencia a los tribunales pero no será una imposición.
2. Las pérdidas de la empresa justifican el despido: En un principio, el texto preveía también que el despido pudiera producirse si la cifra de negocios de la empresa empeora durante cuatro trimestres consecutivos (en el caso de multinacionales), basándose únicamente en las cifras sobre el territorio francés y no en las internacionales. Tras las negociaciones, corresponderá a un juez comprobar que las multinacionales no organicen artificialmente pérdidas financieras en el país para justificar el despido. Tan sólo dos trimestres de pérdidas podrían bastar si así se estipula en el acuerdo empresarial -entre el empresario y los trabajadores-, que prima sobre el convenio colectivo. Las empresas con menos de 11 empleados deberán justificar pérdidas al menos durante un trimestre y las medianas, de 11 a 50 trabajadores, por tres trimestres.
3. La inversión de la jerarquía en la aplicación del código de trabajo: Uno de los puntos más combatidos del texto es que prioriza la negociación directa entre empresario y trabajador, sin mediador, y reduce la capacidad de intervención de los sindicatos, una situación delicada especialmente cuando se trata de pequeñas y medianas empresas, donde los trabajadores tienen menos margen de maniobra.
4. La jornada de 35 horas semanales, 'touchée': La ley afecta también en la práctica a la jornada de 35 horas semanales, emblema de la izquierda francesa, al permitir que la empresa pueda decidir mediante acuerdo empresarial -en lugar de los convenios colectivos-, modificaciones horarias en situaciones excepcionales que serían pagadas como horas extras. Pero, también mediante acuerdo empresarial, el pago de las horas extras bajaría del 50% y 25% fijado actualmente a un 10%.
5. Referendos en la empresa: los acuerdos de empresa deberán ser respaldados por una mayoría, es decir, firmados por un sindicato que representan a más del 50% de los asalariados. Sin embargo, ahora los sindicatos que representan a menos de un 30% de los trabajadores podrán también pedir un referéndum interno para validar los acuerdos.
6. Acuerdos temporales: Con el fin de preservar o desarrollar el empleo, una empresa podrá realizar ajustes en su organización en los que los acuerdos establecidos con la mayoría de los trabajadores primen sobre el propio contrato de trabajo. Esto podría afectar por ejemplo a la remuneración, con la eliminación de primas, y a las horas de trabajo. El trabajador podría ser despedido si se niega a aceptar dichos acuerdos. Estos acuerdos tendrán una duración máxima de cinco años.
Actualidad Laboral / Información de El Mundo
Imagen cortesía El Mundo