En 2013 Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook y una de las mujeres más poderosas del mundo, publicó un polémico libro en el que consideraba que una de las claves del éxito en la carrera profesional de la mujer es la elección de una buena pareja.
En el superventas
Lean In (Vayamos adelante, en español), Sandberg aseguraba que una de las decisiones más importantes para la trayectoria laboral de una mujer pasa por decidir si vivir o no acompañada y en poner el ojo en la persona adecuada. “No conozco a ninguna mujer que ocupe un cargo de liderazgo que no cuente con el apoyo total de su pareja. No hay excepciones”, sentenciaba.
La número dos de Facebook defendía en el capítulo
Make your partner a real partner (Haz de tu pareja un compañero de verdad) que en contra de la creencia popular de que solo las mujeres solteras pueden llegar a la cúspide, la mayoría de las féminas líderes en el mundo de los negocios tiene pareja. Eso sí, muy bien escogida.
El ascenso de las mujeres a las altas esferas de las compañías es escaso; ocupan menos del 20% de los cargos de responsabilidad en las 500 empresas más importantes del mundo, según la lista elaborada por Fortune. En España, representan el 17,32% de los puestos en los consejos de administración de las empresas del Ibex 35, por debajo del 20,2% de la media europea, según un informe publicado el pasado marzo por IESE Business School.
Esa desigualdad se ha asociado tradicionalmente a su preferencia por dedicar más tiempo al cuidado de los niños y de la casa. En España, según la última Encuesta de Empleo del Tiempo elaborada por el INE en 2010, el 91,9% de las mujeres destinan cuatro horas y media al día al cuidado del hogar y la familia, mientras que el 74,7% de los hombres emplean la mitad: dos horas y media.
En 2014 un estudio publicado en Harvard Business Review demostraba con datos que las mujeres que no se sentían satisfechas con su trayectoria profesional no lo achacaban a haber dejado en un segundo plano su trabajo para cuidar de los niños, sino a haber dado prioridad a la carrera de sus parejas.
“Si hay que buscar un culpable, es la propia sociedad. Las mujeres se sienten presionadas no solo por sus parejas, sino también por las instituciones y las empresas. Se da por hecho que ellas se harán cargo en mayor medida de los hijos y de las obligaciones de la casa”, dice por teléfono Pamela Stone, una de las tres autoras del estudio y profesora de Sociología en Hunter College (Nueva York). Después de pasar una encuesta a 25.000 antiguos alumnos de Harvard Business School, en su mayoría graduados del MBA y de diferentes generaciones -de entre 26 y 47 años-, las investigadoras concluyeron que mientras el 60% de los hombres aseguraban estar “extremadamente satisfechos” con su experiencia laboral y sus oportunidades de ascenso, solo el 40% de las mujeres mostraron niveles similares. El 83% de los encuestados estaban casados.
El objetivo del estudio Life and Leadership After HBS era analizar las aspiraciones de hombres y mujeres graduados en la misma escuela y entrenados para asumir posiciones de liderazgo y compararlas con su situación actual. Tras finalizar sus estudios, el 75% de los hombres esperaba que en el futuro sus parejas se harían cargo de los niños en mayor medida; el 50% de las mujeres asumía que ese sería su sino. Además, más del 70% de ellos consideraba que sus carreras tendrían prioridad sobre la de sus esposas; cerca del 40% de ellas presagiaba lo mismo.
“Las parejas jóvenes que estén pensando en crear un proyecto de vida común deberían tener una conversación sobre cuáles son sus pretensiones laborales y personales. Es muy importante escoger a la persona que respete nuestros deseos”, indica Pamela Stone.
El 74% de las exalumnas aseguraron tener un trabajo a tiempo completo, con una media de 52 horas semanales. Entre los motivos de su falta de oportunidades a la hora de acceder a un cargo de responsabilidad, la mayoría de ellas coincidía en que se les había dejado de considerar candidatas como consecuencia de la maternidad; habían sido estigmatizadas por haber solicitado durante un tiempo horarios flexibles o jornadas reducidas. El 28% de las mujeres encuestadas había tomado, en al menos una ocasión, un descanso de seis meses para cuidar de los niños, mientras que solo el 2% de los hombres lo había hecho.
¿Hay alguna característica de la mujer que destaque sobre la del hombre a la hora de dirigir un proyecto? El informe Women Matter 2013, elaborado por la consultora internacional McKinsey, destaca su capacidad para la toma de decisiones de forma participativa y su implicación en el desarrollo de las personas, entre otras. “En las empresas suelen entrar hombres y mujeres en la misma proporción, pero mientras ellos van subiendo en la escala organizativa, ellas se van quedando por el camino. Las redes son muy importantes a la hora de ascender y ellas no tienen acceso”, señala Custodia Cabanas, directora del Área de Recursos Humanos de IE Business School y coautora del informe Las Mujeres en la Alta Dirección en España.
De ese trabajo, que analiza 147 empresas españolas que cotizan, algunas de ellas en el Ibex 35, se deprende que de un total de 1.735 directivos, un 86,5% son hombres (1.501) y un 13,4% mujeres (234). Un porcentaje que queda muy por debajo del objetivo del 40% de mujeres en los consejos de administración que el ejecutivo de Zapatero pretendía para el año 2015 con la aprobación de la Ley de Igualdad en 2007.
Uno de los referentes nacionales femeninos dentro del universo de las startups, empresas emergentes de base tecnológica, es Pilar Manchón, de 42 años. En 2013, esta doctora en lingüística computacional y directiva de Indisys, vendió su compañía de reconocimiento de voz con inteligencia artificial al gigante Intel Corporation por 26 millones de euros. Además, Manchón se incorporó a Intel como directora del departamento de Voz y Asistencia en su sede de Santa Clara, en California (EE UU).
Antes de la venta de la compañía, durante la búsqueda de financiación, Manchón, que se escapa de los cánones y ha conseguido traspasar el llamado techo de cristal, vivió un episodio que recuerda con sorna. Su matrimonio se acababa de romper y un inversor le dijo que cómo podía sentirse seguro al destinar parte de su dinero a un proyecto liderado por una mujer divorciada y con un niño. “Igual que lo harías con un hombre”, le contestó ella.
Hoy vive en California con su hijo de 10 años y asegura que las mujeres sí lo pueden tener todo; éxito en el trabajo y disfrute de los hijos. “No es fácil, es una elección y hay que estar dispuesta a dormir menos”, afirma. Ella ha impuesto sus propias normas, entre ellas su ausencia de la oficina entre las 16.45 y las 18.00 horas. Es el momento de recoger a su hijo del colegio. A la semana y media de dar a luz, ya estaba en la oficina. “El reto es conseguir que tanto las empresas como las parejas nos den la oportunidad de elegir. Si quieres, puedes”.
Actualidad Laboral / Con información de El País