Un nuevo empleado ha conquistado el corazón del personal de la planta de Whirlpool Corp. en esta localidad: se trata de un robot llamado Chappy.

Los empleados de la fábrica de secadoras de ropa dicen que se han encariñado con estos robots programables con un solo brazo que han asumido algunas tareas repetitivas, trabajando en concierto con sus colegas humanos. Este robot, que tomó el nombre de la operaria humana cuyas labores heredó, saca fotografías de los productos para buscar defectos.

“Si puedo conseguir algo de ayuda para hacer mi trabajo, estoy totalmente a favor”, dice Karen “Chappy” Beidler, que ahora tiene tiempo para concentrarse en revisar y arreglar las conexiones de cableado. “Es la tecnología ayudando a la mano de obra humana, una combinación imbatible”.

Whirlpool y otras empresas están remodelando sus plantas en torno a los “robots colaborativos” que pueden detener sus labores si una persona tropieza con ellos. Esa precaución les permite operar en espacios reducidos con poca o ninguna barrera protectora.

En la fábrica de General Motors Co. en Lake Orion, Michigan, los robots colaborativos apilan neumáticos de repuesto y aplican pegamento caliente en los modelos Chevrolet Sonic y Buick Verano. En la planta de la automotriz alemana BMW AG en Spartanburg, Carolina del Sur, ayudan a instalar puertas y parabrisas. En una planta del fabricante de aviones estadounidense Boeing Co. en Australia alisan partes remachadas de los 787, algo que pronto podrían hacer en una fábrica de Charleston, Carolina del Sur.

Los economistas atribuyen el descenso a largo plazo de los puestos de trabajo en el sector manufacturero de Estados Unidos en parte a la automatización, pero las empresas aseguran que la tendencia más reciente en automatización está más dirigida a mejorar la seguridad y aumentar la productividad que a recortar empleos.

Al ayudar a los fabricantes a aumentar la eficiencia, dicen los ejecutivos, los robots permiten que las fábricas de EE.UU. sean más competitivas frente a las de países con salarios más bajos. Si costos más bajos se traducen en más ventas, las empresas se podrían expandir y crear más empleos que requieren una mano de obra más calificada.

Los fabricantes de América del Norte instalaron más de 28.000 robots el año pasado, según la Asociación de Industrias Robóticas. Los robots colaborativos representan apenas una fracción del total, pero dicha organización sectorial planea hacer un seguimiento de sus ventas conforme compañías como Fanuc Corp. y Yaskawa Electric Corp. lancen nuevos modelos. ABI Research predice que el mercado de robots colaborativos ascenderá a más de US$1.000 millones en 2020, frente a US$95 millones en ventas mundiales el año pasado.

En el año transcurrido desde que empezó a comercializarlos, Fanuc América ha vendido menos de 100 robots, indica Rick Maxwell, su director de ingeniería, quien proyecta que las ventas de estos robots colaborativos podría crecer significativamente. “Hay una tremenda cantidad de interés” en el mercado, afirma.

Actualidad Laboral / Con información de WSJ