14-03-2023

Los sindicatos franceses descartan que la batalla contra la reforma de las pensiones esté perdida, pese a la adopción del impopular proyecto de ley en el Senado, y advirtieron contra la "sordera" del Gobierno frente a la "cólera" creciente del mundo del trabajo.


"El partido no ha terminado", recalcó en una entrevista en la cadena BFMTV Laurent Berger, secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT).


Berger, uno de los dirigentes sindicales que encabeza el movimiento contra la reforma de pensiones (pese a que la CFDT sí apoyó en otras ocasiones reformas estimadas necesarias), recordó que el miércoles será una nueva jornada nacional de protestas, en coincidencia con la discusión del texto en una comisión mixta paritaria del Parlamento.


Ese día "hará falta" una movilización fuerte, dijo Berger, para volver a demostrar la potencia del rechazo social a la reforma.


"Apelo siempre a la razón (...) Creo que los parlamentarios tienen una responsabilidad, cuando eres elegido parlamentario tienes que representar a la gente", recalcó.


El líder de la CFDT argumentó que Francia se encuentra en un "impás democrático" con tres pilares: un gran movimiento social de rechazo, un proceso parlamentario "escamoteado" (en referencia a los mecanismos usados por el Gobierno para acelerar los debates) y una "negativa" del Ejecutivo del presidente Emmanuel Macron a escuchar.


"Ayer sentimos más cólera", advirtió Berger, en referencia a las manifestaciones que este sábado tomaron las calles por séptima vez y que, si bien fueron menos masivas que las precedentes, siguen suponiendo el movimiento de contestación social más importante "de los últimos cincuenta años", de acuerdo a los sindicatos.


Aunque evitando salirse de su habitual tono moderado, el dirigente sindical consideró "peligroso" un escenario en el que el Gobierno, de no encontrar los apoyos parlamentarios suficientes para aprobar la reforma en la Asamblea Nacional, recurra al artículo constitucional 49.3 que le permite aprobar el proyecto sin voto, a cambio de exponerse a una moción de censura.


Con el respaldo de 195 senadores y 112 votos en contra, el Senado francés aprobó a última hora de este sábado el polémico proyecto de la reforma de pensiones, con un debate acelerado gracias a un procedimiento activado por el Ejecutivo para esquivar numerosas enmiendas interpuestas por la oposición para entorpecer el trámite.


El texto se discutirá de nuevo el día 15 en comisión mixta paritaria para acordar una versión común que deberá ser luego validada, a partir del 16 de marzo, por ambas cámaras.


En la Asamblea Nacional -que anteriormente no llegó a votar el proyecto completo en primera lectura- el voto se prevé muy ajustado a pesar del apoyo de los conservadores de Los Republicanos.


Es sobre este trámite clave sobre el que planea la sombra del artículo 49.3, ya utilizado en esta legislatura en otras ocasiones por el Gobierno, ya que el bloque macronista no cuenta con mayoría absoluta desde las legislativas de 2022.


El principal eje de la reforma que promueve Macron es retrasar la edad mínima de jubilación dos años, de los 62 años actuales a los 64.


Actualidad Laboral / Con información de Swissinfo