La industria financiera abandera una revolución que nunca se atrevió a hacer porque ni siquiera sabía que fuera posible: trabajar desde casa renunciando a la agresividad y la hipercompetencia. Una vez que lo han probado, debido al confinamiento de la era pandémica, muchos ejecutivos no quieren regresar a Wall Street y demandan otro modelo laboral.
Y es que, después de compartir más tiempo con la familia y ahorrarse dos horas diarias de transporte, ¿quién puede estar interesado en retomar un patrón de trabajo que obliga a jornadas interminables, reuniones agresivas o salas con conversaciones simultáneas y estresantes, en tono alto, por muy bien remunerado que esté el sector?
Sobre todo después de conocer que los bancos de la calle más famosa del mundo del sector financiero, a pesar del trabajo en remoto, han registrado ingresos históricamente altos en los últimos dos años, que las firmas europeas con delegación en Manhattan están ofreciendo más flexibilidad en el retorno y que la revisión de las prioridades personales de los trabajadores ya es un hecho.
Las razones de estas empresas para querer el retorno físico de sus contratados son varias. Algunas de ellas, como han apuntado los expertos, se centran en preservar la cultura y el poderío de Wall Street, que es todo un símbolo en el sector. De hecho, la industria financiera emplea al 19% de toda la fuerza laboral de la ciudad de Nueva York, según desvela un informe de este año divulgado por la emisora NPR.
Otro motivo importante es la formación de los más jóvenes, cuyo aprendizaje después de salir de las escuelas de negocios continúa en las oficinas de empresas como Goldman Sach o Jefferies, donde el trato personal no es comparable con el que aportan las videoconferencias.
Ello, sumado a los ataques cibernéticos que han tenido lugar en los últimos meses y que están relacionados con la vulnerabilidad de la gestión de riesgos en remoto, provocan la desconfianza de los altos responsables de estas empresas, que están presionando para que el retorno de sus trabajadores sea un hecho.
Aunque aún se mantiene cierta flexibilidad en ciertas compañías, debida sobre todo a la resistencia de los trabajadores, hay firmas que ya han dado un ultimátum a los empleados para su reincorporación. También los procesos de contratación de este sector, que están en este momento en marcha, exigen a sus futuros contratados asistencia presencial.
Actualidad Laboral / Con información de Nius Diario