Los trabajadores tóxicos son aquellos que, con sus actos y comentarios, contribuyen a crear un mal ambiente en un equipo o en toda una empresa al propiciar malos hábitos y discusiones que agotan a sus compañeros. Con ellos se da una importante paradoja, según un estudio de la Escuela de Negocios de Harvard: en términos cuantitativos, son generalmente más productivos que la media, pero a la larga acaban costando más a la empresa de lo que aportan y, por lo tanto, lastran su crecimiento.
La citada investigación señala que estos empleados suelen trabajar más rápido que los trabajadores normales, pero sólo de forma individual y en cantidad de tareas, no en calidad. Esto hace que sus resultados personales en términos cuantitativos sean, en general, buenos, lo que hace que las empresas tiendan a considerarlos buenos profesionales. Pero la falta de calidad de esas labores hace que no contribuyan a aumentar el valor añadido de la compañía, por lo que a largo plazo acaban siendo costosos para la organización.
Además, el estudio señala que estos trabajadores tóxicos suelen confiar en exceso en su capacidad profesional, lo que les lleva a ser mucho más individualistas y no trabajar en equipo, algo que, también a largo plazo, perjudica a la empresa, por mucho que sus números sean buenos. Asimismo, más allá de sus buenas cifras, su mala actitud y comentarios para con el trabajo, la empresa, los jefes y los compañeros hacen que empeore el ambiente de la organización, por lo que sus colegas corren el riesgo de ser menos productivos y la empresa de perder a buenos empleados que no soporten esa situación.
Tras analizar a casi 200 empresas y más de 58.500 trabajadores de las mismas, los autores del estudio han cifrado el costo anual extra (es decir, más allá de su sueldo) que tiene un empleado tóxico para la compañía sólo en rotación adicional, esto es, en la contratación de nuevos profesionales por el abandono de empleados que no soportan el mal ambiente. Así, el coste estimado de un trabajador tóxico sería de 12.800 dólares al año, unos 12.600 euros al cambio actual.
Trabajador estrella. Para contextualizar mejor este dato, los autores del estudio también calcularon cuánto cuesta a las organizaciones encontrar, contratar y mantener a una súper estrella del sector. Esto es, un profesional que genera tanto valor a la empresa con su trabajo que para mantener el mismo nivel sin él la compañía tendría que contratar a más empleados o pagar horas extras a los que ya están en la plantilla.
La investigación encontró que los costes de mantener a un empleado top, de los que por su cualificación, experiencia y talento sólo representan un 1% del total de profesionales del sector, sería de 5.300 dólares de media. Por lo tanto, mantener a un trabajador tóxico supone gastar más del doble de dinero que fichar a un empleado altamente cualificado.
Actualidad Laboral / Con información de Xataka