Obligar a los trabajadores a volver a la oficina está haciendo que a las empresas les salga el tiro por la culata. En un mercado laboral cada vez más complicado, los empleados valoran el teletrabajo como un beneficio clave que no están dispuestos a perder.


Empresas como Amazon, Disney, JPMorgan e incluso la plataforma de videoconferencias Zoom han exigido a sus trabajadores que vuelvan a la oficina, al menos con una jornada semipresencial, después de que la pandemia del coronavirus impulsara la adopción generalizada de políticas de teletrabajo, pero los empleados no están demasiado satisfechos.


Dado que la pandemia supuso un cambio en la mentalidad de los trabajadores, con tendencias como la Gran Renuncia o el quiet quitting, a las empresas se les está complicando convencer a sus empleados de que merece la pena trabajar para ellos. Sin duda, con la retirada de la flexibilidad que permite el teletrabajo, están perdiendo la batalla.


En algunos casos, la presión de los empresarios para que vuelvan al trabajo presencial se traduce en esfuerzos de los empleados para sindicarse o declararse en huelga por el retroceso en las prestaciones, según la revista Entrepreneur.


Ha habido huelgas generalizadas en todos los sectores, incluidos los gremios de guionistas y actores de cine, los trabajadores de almacenes y reparto de Amazon, los empleados de Starbucks y los redactores de medios digitales, entre ellas Business Insider.


Este medio publicó recientemente de que los paros laborales habían registrado el mayor nivel de apoyo público desde 1965.


Se han dado casos muy llamativos, como el de un administrador de Arizona que ganaba 6 cifras y que renunció a su trabajo cuando le obligaron a volver a la oficina.


Según The Wall Street Journal, las empresas que insisten en que los empleados vuelvan al trabajo presencial están registrando un menor ritmo de contratación, mientras que las compañías que siguen fomentando el trabajo remoto han aumentado un 5% su plantilla en el último año. Este dato se contrasta con el 2,6% que experimentaron aquellas que habían vuelto a la presencialidad.


Nicholas Bloom, profesor de economía de Stanford, explica al WSJ que hoy en día los trabajadores valoran cada vez más la flexibilidad y consideran que un trabajo híbrido equivale a un aumento salarial del 8%.


Además, garantizar que los empleados tengan un equilibrio razonable entre su vida laboral y personal conduce a una mayor retención de los trabajadores, un aumento del rendimiento y una mayor satisfacción de los clientes.


Los empleados que trabajaban desde casa el 75% del tiempo son los más productivos, según explica una investigación realizada por Prithwiraj Choudhury, profesor asociado de la Harvard Business School y experto en trabajo a distancia, que publicó Business Insider.


"Cuando se permite la flexibilidad, se amplía la reserva de talentos", afirma Choudhury. "Tanto si la economía se contrae como si se expande, los mejores trabajadores siempre tienen opciones fuera. Por eso creo que si una empresa tiene un modelo que no da flexibilidad a los mejores empleados, algunos de ellos –no todos, pero sí algunos– serán cazados por la competencia".


Actualidad Laboral / Con información de Business Insider