De acuerdo con la plataforma de fondeo colectivo M2Crowd, estos jóvenes que nacieron a mitad de la década de los 90 ahora mismo se encuentran estudiando la universidad o comenzando su carrera laboral; por lo que realizó un bosquejo de cómo invierten y manejan sus recursos.
Estas son las señales que están manejando mejor que otras generaciones sus recursos:
“Sabiondos” de corta edad
Aunque el dicho dicta que “nadie experimenta en cabeza ajena”, estos jóvenes han crecido en el ambiente de los créditos que, si mal les va, heredarían de sus padres. Por ende, se preocupan por tareas que otras generaciones no tomaron como básicas, entre ellas la de hacer un presupuesto, protegerse del fraude, ahorrar, comparar antes de comprar.
Se estima que más de 80% de esta generación está preocupada por el dinero y busca consejos simples. Actualmente, 2 de cada 3 ya tienen una cuenta bancaria, llevan sus registros de crédito y están interesados en ocuparlos para la compra de una casa o automóvil, alejados del concepto de deudas en tarjeta de crédito o de compras que les generen más deuda que inversión.
Leen las letras chiquitas
Acostumbrados a tener una conexión en todo momento y literalmente a la mano en su celular, los centennials exigen transparencia en cada movimiento.
Han visto a empresas y gobiernos no cumplir y por tanto desaparecer, además de que su consciencia ante la palabra “deuda” los hace exigir altos estándares de las marcas, antes de volverse fieles a ellas.
No se dejan engañar por el marketing y prefieren operaciones transparentes donde puedan ver el progreso de sus inversiones, con términos claros, condiciones fáciles de leer, datos accesibles, revisión de tarifas y asistencia en cualquier momento sin exceso de trámites. Sí cumplen que “ante cuentas claras, amistades largas”.
Trabajan en equipo
De acuerdo con un estudio realizado por la empresa Dell Technologies para conocer la interacción de los centennials en el ámbito laboral, 58% desea trabajar en un equipo en vez de hacerlo de manera independiente. Anhelan la conexión humana y valoran ser parte de empresas multigeneracionales.
Para ellos el valor de “cooperar” es primordial, por lo que son más familiares con esquemas financieros basados en este concepto, como el crowdfunding, para apoyar proyectos en los que creen y obtener rendimientos por ello.
Modelos de inversión en donde puedan invertir montos pequeños, y con ello cooperar para alcanzar un objetivo, son muy atractivos para la generación Z, y si dentro de estas operaciones pueden apoyarse en tecnología para hacer el proceso más sencillo, encontrarán mucho más valor en ello.
Evitan lo tradicional
Si bien una parte de la generación Z todavía no es económicamente autosuficiente, lo será en un corto plazo, por ello, desde antes de tener sus propios recursos ya buscan, conocen y prueban opciones de inversión; es decir, ya construyen relaciones para el futuro.
Su búsqueda la hacen en línea, así que los servicios digitales se consolidan como su top, más cuando evitan los servicios tradicionales o el tener que asistir con personas o a un espacio físico para cerrar una transacción que, bien saben, pueden concretar sin salir de su cuarto
La generación Z es más rápida que su propio internet
Un centennial prioriza el tiempo. Si un trámite es engorroso, aunque sea para su beneficio, desertará la misión. Esto no quiere decir que sean distraídos, más bien resultan dinámicos y por tanto quieren tener a la mano aplicaciones o portales donde puedan configurar sus cuentas y servicios, decidir inversiones y más.
Incluso, a algunas marcas no las siguen precisamente por una compra, sino por un valor. Es decir, si alguna empresa los “ayuda” a decidir, serán fieles a ella y, a largo plazo, la considerarán dentro de su radar de servicios.
La experiencia empieza con la reputación, algo importante para la generación Z
No hay un centennial que elija un producto sin antes compararlo, y si bien usarán internet para ello, su ventana específica serán las redes sociales. La verificación de una marca es esencial, así como el match que sientan con su personalidad, por lo que desde el color de un logotipo, el lenguaje o los gráficos de los mensajes sociales serán punto de interacción para que una persona de la generación Z decida abandonar o elegir una solución por encima de la competencia.
La generación Z es considerada con un valor aproximado de 140,000 millones en poder adquisitivo. Para 2020 se proyectó como una de las que hizo mayor gasto.
Tal parece que no vienen a conocer al mundo, sino a rediseñarlo. Están manejando sus finanzas de forma autodidacta y con buenos resultados hasta el momento, por lo cual las instituciones de servicios financieros tendrán que tomar nota de ellos para rediseñar sus modelos y productos, ante un mercado que será devorado por ellos dentro de poco.
Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios