Una de las principales limitantes del ascenso laboral de muchos profesionales es que no saben cómo establecer una comunicación eficaz con las personas de su entorno en diferentes ámbitos de sus vidas, señaló Estela Hernández, docente del Curso de Especialización en Competencias de Líder Coach de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Pero ¿qué es la comunicación eficaz?, pues para la especialista eso es “la fluidez y comprensión de ideas, emociones, situaciones e historias que unas personas transmiten a otras en una comunidad, empresa u otro tipo de organización”.
Explicó que para que la comunicación eficaz se desarrolle es necesario que, al menos uno de los participantes en la conversación, asuma la responsabilidad de comprender lo que el otro dice y de asegurarse que lo que él mismo dijo es comprendido por los demás.
“Si esta situación se da, se podrá afirmar que existe, al menos, la condición más importante para una comunicación efectiva: la responsabilidad”, anotó.
Indicó que es frecuente que, en un equipo de trabajo, el jefe delegue sin escuchar al colaborador, quien podría tener ideas diferentes o mejores, o no tener en ese momento, las condiciones para realizar la tarea delegada.
“Este tipo de mala comunicación contribuye a que la tarea delegada no se haga de la mejor manera por diversas razones como: la falta de información de quien delega, falta de claridad de la persona a quien se le ha delegado la tarea, poca motivación de esta misma persona, demora por las dificultades no consideradas para hacer la tarea, etc. Es así como una mala comunicación perjudica el objetivo”, comentó.
Sin embargo, advirtió que la mala comunicación perjudica los objetivos de una organización “poco a poco” y sin que los responsables estén conscientes de que esto está sucediendo, ni de las razones por las que sucede.
“Siendo así, o las organizaciones aprenden a comunicarse o cargan con este costo ‘invisible’ y fácilmente solucionable cuando se aprende a comunicarse de manera responsable”, precisó Hernández.
Por otro lado, indicó que la mala comunicación también se origina en el silencio, es decir cuando alguien no emite su opinión porque imagina que no será escuchado o que tendrá fuertes oponentes o alguien importante para él (suele ser el jefe) podría estar en desacuerdo.
“En ese silencio (originado frecuentemente por supuestos en la mente de quien calla) se pierden buenas ideas, afectando el logro del objetivo o -al menos- impidiendo una discusión constructiva que enriquecería la calidad del objetivo logrado”, manifestó.
Por ello, enfatizó que establecer una comunicación efectiva en el ambiente laboral es una tarea delicada y continua, razón por la cual contar con un líder coach como parte de una organización es importante.
“El líder coach asume la responsabilidad de lo que dice y de lo que escucha, de esta manera modela, con su ejemplo, la comunicación entre los otros. Además, enseña a su entorno a comunicarse, mostrándole sus beneficios y el costo de no hacerlo tanto en el ámbito laboral como personal. El líder coach es capaz de mostrar a cada persona los efectos de su comunicación y felicitarla o mostrarle una oportunidad para su aprendizaje”, dijo.
En ese sentido, consideró “crucial” de que todos sean conscientes de que “la mala comunicación puede limitar el ascenso laboral y otros aspectos importantes de nuestras vidas (económico, de salud, familiar, etc.).
“En el ámbito laboral, nos relacionamos con el jefe, los pares, colaboradores, clientes, stakeholders, etc. mediante la comunicación. Nos perciben de acuerdo a la forma en que nos comunicamos y así como nos perciben, así nos tratan. Por tanto, la comunicación define, en gran medida, nuestra identidad pública y, con ello, nuestras posibilidades de éxito”, concluyó.
Actualidad Laboral / Con información de Gestión Perú