A medida que los casos de coronavirus se incrementaron en México, hasta los 4.661 contagiados y 296 defunciones, la discriminación e incluso las agresiones contra personal médico han crecido debido al temor al contagio que muchas personas dicen tener.
A diferencia de otros países, donde la gente aplaude a doctores y enfermeras que batallan contra la COVID-19, en México una enfermera fue rociada con cloro por un desconocido en el norteño estado de Sinaloa.
Otra trabajadora de sanidad fue agredida a golpes cuando acudió a comprar un café a una tienda en el central estado de San Luis Potosí, el pasado 2 de abril.
Además, habitantes de un poblado del central estado de Morelos amenazaron con quemar el hospital local si recibía a pacientes con coronavirus.
"La gente se aleja"
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la principal institución de salud pública del país, condenó "enérgicamente" estas agresiones.
"No tienen ningún sentido, ninguna razón y son absolutamente indignantes. No permitamos que el miedo nos ciegue", dijo el director del instituto, Zoé Robledo, el 8 de abril pasado.
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) informó, en tanto, que las denuncias por actos de discriminación se doblaron entre el 6 y el 9 de abril.
"Las más recurrentes fueron prohibir el uso de medios de transporte al personal de salud, agresiones físicas y verbales en contra de personas diagnosticadas y del personal de salud", dijo la institución gubernamental en un comunicado.
A Ariadna, una enfermera de 27 años de un hospital privado de la capital, rechazaron atenderla en un negocio debido a su uniforme y ha notado que los taxis ya no paran para llevarla a casa.
"Hubo compañeras que fueron agredidas. (Con) violencia tanto psicológica como verbal. Entonces tomamos la medida de no salir con uniforme, llegar a casa con ropa de civil", dice, por su parte, Victoria, una enfermera de 25 años de otro hospital público capitalino.
Victoria relata que la medida de evitar los uniformes en la calle fue primero una sugerencia y después una orden de las autoridades del hospital.
Policías en los hospitales
Ante las reiteradas agresiones, la policía de la capital anunció un operativo para vigilar los centros de salud.
"Este operativo se mantendrá hasta que finalice la emergencia sanitaria", dijo la institución en un comunicado.
"Los policías coadyuvan con el personal de cada institución de salud para apoyarlos en caso de alguna eventualidad y con ello, mantener el control y evitar la alteración del orden público", advierte en el documento.
Ariadna reconoce que le entristece la reacción de algunas personas pero confía en poder seguir cumpliendo con su labor.
"Al final del día si alguno de ellos (agresores o discriminadores) llega a estar con nosotros, lo vamos a atender sin duda", dice.
Victoria comparte la misma convicción de servir a pesar de la hostilidad.
"Cuando tú estás frente a un paciente no piensas en eso, no piensas que es una persona que te pudo haber dicho (cosas)", dice. "Nuestra prioridad es salvar la vida del paciente".
Actualidad Laboral / Con información de AFP