La oratoria y el liderazgo siempre han ido de la mano, podemos observarlo en el entorno laboral. Ya sea el profesor que necesita motivar a los estudiantes con sus explicaciones, el jefe que necesita despertar el entusiasmo de sus empleados o el político que busca la aprobación de sus ciudadanos; todas necesitan hablar bien y hacerlo con elocuencia.

Las palabras son las herramientas más valiosas que los managers, jefes o líderes utilizan cada día para seguir en lo alto de sus cimas. Os mostramos, a continuación, las técnicas que se emplean tanto para hablar ante una gran audiencia como frente a un solo empleado.

Las emociones

Puedes optar por hacer reír o llorar. Por conmover o ilusionar. Provocar tensión, intriga, misterio. La elección es tuya, pero siempre que elijas emocionar, estarás acertando. Eso sí, evita sembrar la duda, la incertidumbre o el miedo. Así sólo conseguirás que tu liderazgo pierda fuerza y tus empleados pierdan la confianza y el respeto en ti.

Anima e inspira

Cuando nuestras palabras resultan inspiradoras, provocamos la acción y reacción. Podemos conseguir lo que nos proponemos si animamos e inspiramos de la manera adecuada. Sin duda, las palabras despiertan la creatividad.

Transparencia y sinceridad

Trata de expresarte tal y como eres. No trates de asumir un rol que no va contigo o parecer otra persona. Lo más importante cuando hables en público es actuar con naturalidad. Sé conciso y concreto, transparente y además habla con seguridad. Cuando te muestras convencido de tus ideas, eres capaz de convencer al resto.

Aprende a escuchar

Sólo el que está dispuesto a escuchar es capaz de hacer que le escuchen a él. Para escuchar o dar pie a que otros hablen, primero deberás estar en silencio. Solo cuando haya silencio, será el momento en el que debas hablar tú. Para que tu mensaje llegue, para que todos te escuchen. Si ese silencio lo interrumpes con un gancho, conseguirás captar la atención de todos. Prueba lanzando una pregunta o contando una anécdota.

Si has visto speechs de otros buenos oradores, verás cómo lo hacen, y te vendrá bien tomar ejemplo.

La expresión corporal

Si tienes que mover alguna parte de tu cuerpo, que sea la parte superior. Demuestra confianza y autoridad. Sin embargo, los movimientos de piernas distraen y dañan la credibilidad del orador.

La manera de moverse a lo largo de escenario o de la zona donde se está realizando la presentación también es importante. Si te acercas al público transmites energía y positividad. Si te quedas en el centro del escenario sugiere que vas a contar algo importante y si caminas hacia los lados, deberás hacerlo de manera fluida y natural, hablando más despacio y claro.

Evita las muletillas

Las muletillas, esto, o sea, como se decía… proyectan una imagen de falta de dominio sobre el tema del que se habla. Cuanto más enriquecido esté tu vocabulario, menos muletillas necesitarás.

No subestimes el coaching

Las palabras sirven para guiar, mostrar el camino. Decimos que un manager actúa como coach cuando a través de preguntas, palabras, conversaciones guía al empleado y trata de sacar lo mejor de él. Del mismo modo que puede evitar una mala acción o decisión.

Mensajes esperanzadores

Cuando hay esperanza también hay ganas de mejorar. Se crea optimismo y se minimiza el miedo. Los mensajes esperanzadores, serán otra de las armas imprescindibles de tu oratoria.

Actualidad Laboral / Con información de Savia