Mientras la cifra global acumulada de desempleo (de enero a noviembre) está por debajo de un dígito: 9,1 por ciento, ocho de las 13 ciudades que participan en el cálculo del Dane tienen promedios de dos números y solo cinco van de la mano con el total nacional.
Esas estadísticas llevaron al Centro de Investigación Económica y Social Fedesarrollo a llamar la atención sobre la disparidad en las tasas de desempleo de los territorios con respecto al indicador nacional, que en noviembre pasado se ubicó en 7,7 por ciento, el más bajo en los últimos 14 años, según el Dane.
El informe presentado por Fedesarrollo, titulado ‘Consideraciones sobre el mercado laboral regional en Colombia’, señala que no se desconocen los avances que ha tenido el mercado laboral regional, pero enfatiza en el fenómeno conocido como convergencia, según el cual las ciudades que antes estaban peor, como Ibagué, Riohacha y Popayán, ahora están en mejores condiciones en materia de empleo.
Por lo demás, de acuerdo con el análisis del organismo, hasta ciudades grandes, como Cali y Medellín, que si bien han mostrado reducciones interanuales en el número de desocupados, durante los once primeros meses del 2014 tuvieron indicadores de dos dígitos (13,3 y 10,3 por ciento respectivamente).
Salario diferencial
El estudio se orienta hacia la insistencia de Fedesarrollo en la necesidad de implementar el salario mínimo diferencial por regiones, lo que, según César Pabón, uno de los autores, “puede estimular la generación de empleo”, puesto que “cada ciudad tiene una productividad distinta”.
De acuerdo con los hallazgos de Fedesarrollo, los dos únicos casos en los que las tasas de desocupación han sido sistemáticamente las menores entre las grandes ciudades y menores con respecto al total nacional son Bogotá y Barranquilla. Sin embargo, con Barranquilla hay complejidades regionales que poco suelen salir a flote.“En ciudades de la costa Atlántica, como Barranquilla, la tasa de desempleo es baja, pero porque la oferta laboral de las mujeres es poca, por aspectos culturales que hacen que ellas salgan menos a trabajar. Las diferencias en las tasas de desempleo regionales esconden aspectos que hay que entrar a investigar a fondo”, expresa Jaime Tenjo, decano de la facultad de Economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Pabón, por su parte, señala que el caso de ciudades como Cúcuta fue uno de los que más llamó la atención de Fedesarrollo. “En el 2008 tenía buenos indicadores; ahora es crítico, 15,6 por ciento en el acumulado enero-noviembre”.
El vaivén de los indicadores laborales en zonas de fronteras es entendible, pues dependen de lo que pase en el país vecino (Cúcuta refleja lo que sucede en Venezuela).
Lo mismo ocurre con regiones ligadas a las condiciones de la caficultura, como Armenia, Pereira o Manizales.
Por esto, según Tenjo, “en Colombia se les debe poner mayor atención a las condiciones locales. El mercado laboral colombiano no es integrado: si hay un mejor empleo en Norte de Santander, no es fácil que un bogotano lo acepte, porque los costos de movilidad son muy altos”.
Juan Carlos Guataquí, profesor de la facultad de Economía de la Universidad del Rosario, advierte que “Colombia está en mora de establecer una política laboral que tenga un enfoque regional. Esto debe ir más allá de una diferenciación salarial, porque entonces las personas se irían hacia los lugares donde obtendrán más ingresos”.
Trabajo informal, el lío
La informalidad laboral regional es otro aspecto que se debe tener en cuenta al formular políticas de trabajo, según el informe de Fedesarrollo.
El indicador nacional mejoró en cuatro puntos en el último trimestre medido –agosto/octubre–, al pasar de 51 a 48,7 por ciento con relación al mismo periodo del 2013. Pero, a diferencia del desempleo, que cayó en ciudades que tenían los peores indicadores, la informalidad mostró mayor persistencia en estas (Ibagué, Riohacha y Popayán).
Según Fedesarrollo, aunque en el país se fundó el programa de Observatorios Regionales de Mercado de Trabajo (Ormet), las políticas en materia de empleo se siguen haciendo con base en los indicadores nacionales.
“Un país que quiere dinamizar el mercado laboral debe desarrollar políticas regionales. Una estrategia posible es la de crear un subsidio para los que quieren migrar a otra región, para compensar el costo de movilidad”, propone Jaime Tenjo, de la Tadeo.