19-11-2018

Con banderas, pancartas y gritando consignas exigían la salida del país de los integrantes de la multitudinaria caravana, acusándolos de generar inseguridad y vulnerar las leyes mexicanas, desde el momento en que ingresaron al país por su frontera sur, rompiendo una barrera de seguridad. “¡Son invasores! ¡Vienen armados! ¡Lárguense del país”, gritaban al tiempo que se aglomeraban en una emblemática glorieta citadina. En la protesta también participaban algunos residentes de la cercana ciudad estadounidense de San Diego, California.


Miles de migrantes que han llegado a Tijuana han saturado los albergues, y muchos otros duermen en las calles. No obstante, esta semana se espera la llegada de al menos otros 4,000 que se encuentran varados en la vecina ciudad de Mexicali, también cercana a la frontera con Estados Unidos. Autoridades locales han pedido apoyo federal para brindar ayuda humanitaria y los servicios que requieran los migrantes durante su trámite de asilo a Estados Unidos, que podría tomar meses.


“No podemos permitir el desorden que se suscitó de cómo entraron al país. No somos anti migrantes. Queremos que se apeguen al reglamento legal de México”, dijo Ernesto González, de la organización Prioridad a los Mexicanos. “Queremos tres cosas sencillamente: que pidan asilo u ordenen su estancia legal en México, si no, que sean deportados inmediatamente, se selle a la frontera sur y que se empiecen a atender estos asuntos como seguridad nacional”, detalló. El alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, dijo el viernes que se esperaba el arribo de unos 10,000 migrantes a la ciudad y también advirtió que tendría “cero tolerancia”, contra migrantes que podrían ser deportados en caso de que cometan delitos.


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Más tarde, en una actitud desafiante, un grupo más pequeño de manifestantes se trasladó hasta las inmediaciones de un albergue con más de 2,000 migrantes gritando “¡Fuera, fuera!”. Policías locales y federales colocaron barricadas para impedirles el paso. Algunos manifestantes, con el rostro cubierto, comenzaron a arrojar botellas y otros desechos contra los policías.


En tanto, autoridades de México y Estados Unidos aumentaron las medidas de seguridad en la frontera. Desde el sábado se observaban del lado de Tijuana grandes barricadas de hierro en algunos de los carriles vehiculares del puerto de entrada a San Ysidro, considerado el cruce más transitado del mundo. Del lado de San Ysidro, también fueron colocados grandes porciones de alambre de púas en la parte superior del muro de acero que separa a los dos países. En la frontera mexicana es inusual el cierre de puertos de entrada a Estados Unidos.


Autoridades locales calculan que desde el lunes han llegado tanto a Tijuana como a otra ciudad fronteriza cercana, Mexicali, cerca de 6,000 migrantes centroamericanos, muchos de ellos acompañados de sus hijos. Integrantes de la multitudinaria caravana han dicho que podrían optar por quedarse en México y buscar empleo, ya que cualquier opción sería mejor antes que volver a sus países. En otra zona de la ciudad, un grupo menor de personas se manifestaba en contra de la discriminación a los migrantes y pedía que continuara la ayuda.


Actualidad Laboral / Con información de Reuters