El termino workaholic fue acuñado en 1971 por el psicólogo estadounidenses Wayne Oates, y hace referencia a la adicción al trabajo.


Las tres principales características de un workaholic es que busca reconocimiento, dinero y poder en su desarrollo profesional.



“Existen diferencias sutiles entre una persona de alto rendimiento y un workaholic, ya que, aunque aparentemente se ve como trabajo arduo en ambos casos, los adictos al trabajo llenan cualquier espacio de su tiempo con actividades laborales pensando que eso los convierte en personas más productivas, dejando de lado su bienestar personal y sobre todo su salud” María Hernando, Directora ejecutiva de Núad SPAmóvil y experta en wellness corporativo


Algunos de los problemas físicos y psicológicos que desarrollan los adictos al trabajo son: ansiedad, irritabilidad, sensación de ahogo, ajo rendimiento laboral, problemas cardiovasculares, dolores musculares, cansancio crónico e hipertensión.


¿Eres un workaholic en potencia? Revisa que no hayas hecho una de estas cosas:

  • Tienes ambición excesiva por dinero, reconocimiento o poder

  • Te sientes incapaz para delegar tareas

  • No tienes organización y generalmente te sobresaturas de trabajo

  • Frecuentemente tienes problemas familiares por darle prioridad a tu trabajo

  • Tu estabilidad emocional se basa en éxitos o fracasos de tu negocio o empleo

  • Sientes menosprecio por actividades recreativas o momentos de ocio


Para prevenir o recuperarte, busca delegar tareas, sin dejar de supervisar cómo se realizan; prioriza las actividades que te correspondan, respeta tus horarios de comida, realiza pausas durante la jornada, evita trabajar los fines de semana, realiza por lo menos 30 minutos de actividad física diarias, y no olvides incluir meditación en tu rutina.


Actualidad Laboral / Con información de Mundo Ejecutivo