El examen a un grupo de indicadores del mercado laboral colombiano en el primer trimestre del 2010 y el 2014, deja bien librado al primer gobierno de Juan Manuel Santos.
Salarios más altos, mayor participación femenina, más ocupación, más sindicalización y personas adultas mayores que reciben una pensión, son algunos resultados identificados por el Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Externado.
Además, de acuerdo con Stefano Farné, director del Observatorio, en el periodo mencionado disminuyeron el desempleo, la inactividad de los jóvenes, el empleo precario, las largas jornadas de trabajo, la informalidad, la pobreza y los accidentes con desenlace mortal en el puesto de trabajo.
El estudio analizó la evolución en el país en los últimos cuatro años del Trabajo Decente, concepto acuñado a finales del siglo pasado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) entendido como aquella ocupación productiva justamente remunerada y ejercida en condiciones de libertad, equidad, seguridad y respeto por la dignidad humana.
Aunque la OIT propone 18 indicadores estadísticos principales de Trabajo Decente, la investigación del Observatorio abordó 15.
Así, la tasa de ocupación nacional subió de 54,6 a 57,4 por ciento, lo que permitió a 2,2 millones de colombianos más tener un empleo. La brecha entre sexos sigue elevada: 68,7 por ciento hombres vs 46,5 por ciento mujeres, pero se redujo gracias al avance de la ocupación femenina, señala el estudio.
El desempleo bajó de 12,5 a 9,7 por ciento, caída que fue más pronunciada en las mujeres (de 16,3 a 12,8 por ciento) que en los hombres (de 9,7 a 7,4).
Igual sucedió con el indicador de los jóvenes que no trabajan ni estudian: pasó de 23,3 a 20,9 por ciento; en los hombres bajó de 13,8 a 12,2 por ciento, y en las mujeres de 32,9 a 29,6 por ciento, "aunque su exclusión de la formación y la vida productiva sigue siendo elevada, ya que casi un tercio de las jóvenes en edad de trabajo no estudia, ni ha tenido acceso al mercado laboral".
La informalidad, por su parte, bajó 3,3 puntos hasta 60,1 por ciento, pero en los hombres fue más pronunciado el descenso (de 63,3 a 59,5 por ciento) que en las mujeres (63,6 a 61 por ciento).
La reducción de la informalidad, del empleo precario y de las largas jornadas de trabajo son indicios de una mejora generalizada de la calidad del empleo, anota Farné.
También se registró una disminución sustancial de la pobreza entre los trabajadores que fue acompañada por una mejora relativa de los salarios de los trabajadores de menores ingresos.
Por otra parte, el entorno laboral en Colombia ahora es más seguro y más humano: respecto al 2010 la incidencia de las muertes atribuibles a motivos de trabajo ha disminuido y el trabajo indeseado (representado por los menores en actividades de mercado en horarios no apropiados por su edad) bajó también.
El buen desempeño del mercado de trabajo no dejó por fuera a los adultos mayores, pues, según la investigación, una proporción más alta de ellos goza de la protección económica que les brinda una pensión (subió de 22,7 a 24,2 por ciento), empujada principalmente por las mujeres (aumentó de 18,5 a 20,8 por ciento; en los hombres pasó de 29,5 a 29,8 por ciento).
Aún así, acota el estudio, un 80 por ciento de las mujeres mayores de 57 años no devenga una pensión; en los hombres mayores de 62 años se reduce al 70 por ciento.
Formalización, una de las claves
Para el estudio, no hay duda de que esos avances en el Trabajo Decente se deben al crecimiento económico registrado entre 2010 y 2014.
Sin embargo, agrega que no menos importante fue el aporte de las políticas de formalización laboral y empresarial, la ampliación de los programas asistenciales y de generación de activos en favor de las familias pobres y la intensificación del control y vigilancia oficiales en el trabajo.
Actualidad Laboral / Con información de El Tiempo