Un buen cumplido puede ser la estrategia perfecta de un empleado para acercarse más al jefe, comenzar a ganarse la confianza y ser recordado. Pero si tú eres el jefe, es mejor que tengas cuidado con aquellos trabajadores que no dejan de lanzarte elogios día tras día.

Si te dejas llevar por las palabras bonitas, podrías terminar cayendo en las redes de un adulador, que se aprovechará de ti para conseguir el ascenso que quiere, solo en base de su capacidad de hacerte sentir como un dios infalible.

Te conviene estar bien atento a estos personajes, saber reconocerlos y estar preparado para no caer seducido ante sus palabras. Por que las personas aduladoras son capaces de conseguir mucho en el trabajo, pero no es base a su desempeño, sino en su manejo de lo que te dicen y cómo lo hacen.

Al final del día los aduladores terminan siendo mucho más perjudiciales para tu pyme que cualquier otro trabajador, ya que suelen ser personas sin capacidades profesionales, pero con un gran nivel de comunicación interpersonal. Te harán creer que la empresa va de maravillas y que tú no cometes error alguno, incluso si te enfrentas al más grande error de tu carrera.

Para el adulador no se trata de acercarse a un superior solo para caerle bien, sino que busca algo en el futuro. Que su estrategia funcione, implica la existencia de una responsabilidad compartida: si mi líder disfruta mis elogios, se vuelve mi cómplice.

Cuando tomas conciencia de la existencia de un adulador en tu empresa, debes conversar con él sobre cómo afecta su actitud al equipo. Si a pesar de ello, este no cambia sus hábitos, debes comenzar a considerar la posibilidad de separarlo de la compañía.

No lo olvides: mantente atento a aquellos que te celebran cada paso en el trabajo, podrían ser uno de los elementos más dañinos para tu equipo.

Actualidad Laboral / Con información de Perú.com