La semana pasada, McDonald's lanzó en Australia Snaplications, una aplicación para buscar trabajo a través de la red social Snapchat que permite a los usuarios solicitar un empleo mediante el envío de un vídeo de 10 segundos a la cuenta de @Maccas (Maccas es el nombre en jerga que se usa en algunos países para denominar a McDonald's).
El de la multinacional de la hamburguesa es un ejemplo más de cómo las empresas buscan nuevas fórmulas para atraer a los candidatos adecuados en un entorno laboral en el que se suele acusar a los aspirantes a un empleo de no saber buscar trabajo, a pesar de la multitudinaria oferta de plataformas, herramientas, modelos, portales y fórmulas que los candidatos tienen a su disposición. Esta inflación no aporta eficacia a la búsqueda.
Además de McDonald's, Havas en América del Norte también confía en Snapchat para reclutar, por las características de sus clientes y los perfiles necesarios de sus empleados. Esta compañía también ha usado Twitter, Airbnb o incluso la serie Juego de tronos para procesos de selección.
El uso de LinkedIn es ya habitual entre los reclutadores. También lo es el de canales para comunicar experiencia y talento, como Facebook, y se valora asimismo la eficacia de otras redes menos típicas, como Instagram. Si Facebook, LinkedIn o Twitter están perfectamente segmentadas, Instagram se considera más tranversal. Y su valor radica en que aquí se puede encontrar gente de 12 a 80 años. No todos los jóvenes están en Facebook o Twitter, pero sí están en Instagram.
Fórmulas novedosas
Una de las consecuencias de todo esto es la necesidad de conocer y dominar la actividad nuevos agentes en el mercado del empleo para adaptar las estrategias de rastreo.
A todo esto se añade que las propias compañías, cada vez más autosuficientes en lo que se refiere a seleccionar a los candidatos que necesitan, han dado una vuelta de tuerca a los modelos de reclutamiento. Algunas organizaciones revolucionan el formato de los anuncios de empleo, exigiendo en las ofertas habilidades que nada tienen que ver con las de siempre. Así, exigen en los anuncios "pensamiento creativo"; "valor en medio del caos"; "interés por formar parte del futuro"; "alta tolerancia a la ambigüedad"... Se trata de conseguir una mayor eficacia para captar a un nuevo tipo de candidatos con nuevas capacidades.
Y hasta el humor se usa en las ofertas de empleo como arma de captación. Un estudio de la Escuela de Economía de Estocolmo ha analizado este factor, usando un anuncio de empleo ficticio de una supuesta start up del sector sanitario. La conclusión es que el humor provoca rechazo hacia el anuncio en los aspirantes, aunque aumenta la predisposición de compartir la oferta con otros candidatos.
Actualidad Laboral / Con información de Expansión