Todas y cada una de las generaciones que se unen a la rueda del trabajo al poco tiempo se dan cuenta de que aquello no era como se lo pintaron: lidiar con jefes detestables, horarios infernales y una desmotivación constante que va mermando las ganas se seguir. Que se haya popularizado ahora el término de "renuncia silenciosa" no sorprende. Quiet quitting, así se le ha denominado en el mundo anglosajón a no tomarse el trabajo demasiado en serio.
Básicamente esta tendencia consiste en hacer lo mínimo para no ser despedidos. No se trata de salir de la nómina, de hecho, la idea es permanecer en la empresa, pero centrar el tiempo en tu vida fuera de la oficina. La generación Z está diciendo que no va a hacer ningún esfuerzo extra. Y en realidad algo de razón llevan.
Llegar a la oficina, hacer lo suficiente para mantenerte al día, salir a tu hora y silenciar Slack. No es reprochable, ni mucho menos. Tal y como comenta Maria Kordowicz, profesora de comportamiento organizacional en la Universidad de Nottingham, en este artículo de The Guardian, la tendencia está relacionada con una caída notable en la satisfacción laboral.
En realidad, es una respuesta a la cultura del agotamiento por trabajo: ¿Por qué hacer más por algo no se nos paga? Y si los jefes no lo aceptan, se busca otra cosa, pero aquí nadie va a sudar más de la cuenta. Para muchos, es una táctica de supervivencia. Para otros, un mecanismo de defensa para tener una vida más sana, mental y físicamente. Anteponer otras cosas al trabajo sin sentirte mal por ello.
¿Por qué? Los expertos opinan que esto se ha impulsado en parte por la pandemia. Los diferentes cambios que hemos vivido recientemente nos han hecho reflexionar más sobre el significado de nuestra vida y nuestro tiempo, pero sobre todo, de la conciliación entre el trabajo y la vida personal. Recordemos que hace más de una año que se habla de la "gran renuncia", un éxodo de trabajadores de todo el mundo, provocado por el agotamiento y la sensación de libertad que nos brinda el teletrabajo.
Muchos empleados rechazan volver a la oficina y se están saliendo con la suya. Es decir, siguen trabajando desde casa, desobedeciendo las órdenes de sus superiores. Ha llegado el momento en el que los empleados pueden negociar mejores condiciones y beneficios.
Los datos
Que el entusiasmo ha caído es un hecho. Si atendemos a las últimas encuestas e informes vemos que los empleados cada vez están menos comprometidos con sus trabajos. Una investigación Gallup concluía que sólo el 9% de los trabajadores en el Reino Unido lo estaban. En todo el mundo, uno de cada cinco trabajadores planea dejar su trabajo en 2022, según la otra encuesta de PWC.
De hecho, Europa tiene el porcentaje regional más bajo de empleados comprometidos. De igual manera, la motivación de los empleados de EEUU está cayendo: solo el 30% de la generación Z y los millennials más jóvenes, nacidos en 1989 en adelante, dicen estar comprometidos con sus empleos.
Una tendencia hasta en TikTok. El concepto de "renuncia silenciosa" ha llegado hasta TikTok, cuando en julio un vídeo realizado por @zkchillin se volvió viral. Muchos usuarios compartieron sus propias experiencias, con el hashtag #quietquitting, ganando millones de visitas en la plataforma. Algunos creen que este movimiento está inspirado en la etiqueta de las redes sociales chinas "#TangPing", que se traduce como "echarse en el suelo", y que ahora está censurada en China, donde la escasez de mano de obra es un problema creciente.
Sin embargo, parece que el término sólo tiene connotaciones negativas, ya que se sugiere que las personas se han vuelto vagas, que son realmente los malos de esta historia cuando en realidad simplemente están haciendo lo que se les dijo. Ed Zitron, que dirige una empresa de consultoría, explicaba que ese pensamiento "es parte de una tendencia de propaganda a favor de los jefes", y que al final se enmarca a los trabajadores que no "trabajan gratis" como si estuvieran robando a la empresa.
Existe la falsa creencia de que esto alienta a las personas a trabajar menos, cuando en realidad solo nos recuerda que no tenemos que llegar al agotamiento continuo. Después de años de decir "sí" a todo con la esperanza de destacar, el mundo ha aprendido a decir "no más". Ahora las noches son nuestras de nuevo y los mails pueden esperar al día siguiente.
Actualidad Laboral / Con información de Magnet