07-07-2016
Según un nuevo informe de la OCDE, los mercados laborales siguen recuperándose de la crisis y los niveles de empleo deben volver a los niveles anteriores a la crisis en 2017, pero el crecimiento de los salarios sigue siendo deficiente
Las Perspectivas del Empleo en la OCDE 2016 dicen que con la economía mundial sumida en la trampa de un crecimiento lento, se necesitan más reformas estructurales para impulsar la productividad, la creación de empleo y aumentar los niveles de vida.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, al presentar el informe en París, antes de la reunión de la próxima semana de los Ministros del Trabajo y Empleo del G20, en Pekín, China, dijo que “se necesita una acción de política pública integral y ambiciosa para reactivar el crecimiento de la productividad laboral, aumentar los salarios y reducir las crecientes desigualdades del mercado laboral”.
A finales del próximo año se espera que 61% de las personas con edades entre 15 a 74 años, tenga trabajo, estima este organismo. En algunos países de este grupo, sobre todo Chile, Alemania y Turquía, las tasas de empleo ya superan los niveles anteriores a la crisis, mientras que la disparidad en los puestos de trabajo sigue siendo grande en algunos países europeos, en particular, Grecia, Irlanda y España (con 9, 7.9 y 8.5 puntos porcentuales, respectivamente).
El crecimiento de los salarios sigue sometido en muchos países, señala el informe. El crecimiento de la productividad se estancó durante los últimos años y muchos de los trabajadores que perdieron su empleo en la manufactura y la construcción durante la crisis, lo recuperaron en el sector de servicios en puestos de trabajo que no coinciden con sus habilidades y les pagan menos.
Los salarios reales cayeron abruptamente durante la crisis en Grecia, Irlanda, Japón, Portugal, España y los Países Bálticos. Al comparar el crecimiento de los salarios reales durante 2000-2007 con 2008-2015, algunos otros países, incluida la República Checa, Estonia, Letonia y el Reino Unido experimentaron una brusca desaceleración. En 2015, los salarios reales por hora en esos países estaban más del 25% por debajo de lo que habrían estado si el crecimiento salarial hubiera continuado al ritmo observado durante 2000-2007, y esa diferencia salarial rebasó el 20% en Grecia, Hungría e Irlanda.
La calidad del empleo y, en particular, la situación de ciertos grupos deben preocuparnos. Por ejemplo, en la OCDE la tasa de jóvenes que no se encuentran ni en el empleo, ni en la educación (los llamados NiNis) seguía siendo más alta en 2015 (15%) que en 2007 (13.5%) con un aumento significativo en muchos países. Las brechas de género en el mercado laboral aún se mantienen y las mujeres trabajadoras siguen consiguiendo peores empleos que los hombres.
Aunque el desempleo se reducirá en la zona OCDE a 6.1% a finales de 2017, 39 millones de personas seguirán desempleadas, lo que representa 6.3 millones más que antes de la crisis. Alrededor de 1 de cada 3 desempleados han estado sin trabajo por un año o más, un aumento de 54.6% desde finales de 2007. Más de la mitad de este grupo ha estado desempleada por dos años o más, aumentado el riesgo de abandonar la fuerza laboral activa.
Una política adecuada de habilidades juega un papel importante en reducir las inequidades en el mercado laboral, al tiempo que impulsa la productividad y los salarios. Es tan importante que se aumenten los programas educativos y de formación profesional, como que se mejore la calidad de los mismos, el Panorama muestra que es tan importante mejorar el reconocimiento y el uso de las habilidades en el empleo: entre trabajadores igualmente capacitados y educados, aquellos que utilizan sus habilidades en el trabajo son más productivos y ganan mejores salarios.
Impulsar la productividad y los salarios también requiere más reformas estructurales de los mercados de productos y de trabajo. Perspectivas considera que esas reformas traerían ventajas a largo plazo, pero también generarían pérdidas de empleo a corto plazo. Sin embargo, éstas pueden reducirse al mínimo si no es que eliminarse si las reformas se llevan a cabo durante periodos de recuperación; y, sobre todo, si se combinan con subsidios de desempleo más eficaces y cuando las distintas empresas sean capaces de adaptar los salarios y las condiciones de trabajo. Como la mayoría de los países están en una trayectoria de recuperación, aunque débil, ahora es un buen momento para llevar a cabo esas reformas, concluye el informe.
Por su parte, en la presentación de Perspectivas del Empleo 2016, la Directora de Gabinete y Sherpa de la OCDE destacó la necesidad de enfrentar desafíos como el deterioro de los salarios, el pronunciado impacto de la crisis sobre las perspectivas de empleo de los jóvenes y la necesidad de mejorar la integración de las mujeres al mercado laboral. Al referirse a este tema subrayó la importancia del trabajo que la OCDE ha llevado a cabo en materia de género y se refirió a algunas de las principales conclusiones del Capítulo 4 de Perspectivas del Empleo 2016, dedicado al análisis de las brechas de género en 16 economías emergentes que representan alrededor de la mitad de la población mundial.
Gabriela Ramos afirmó que, a pesar de los avances durante las últimas décadas, las brechas de género en el mercado laboral siguen siendo un desafío a nivel mundial, particularmente en las economías emergentes. “Si bien la cantidad de trabajos ocupados por mujeres ha aumentado, la calidad no ha seguido el mismo ritmo: las mujeres trabajadoras siguen ocupando empleos de menor calidad que los hombres”, dijo Gabriela Ramos. También se refirió al vínculo entre la brecha de género en la participación laboral y el nivel socioeconómico y la edad, y al hecho de que la proporción de mujeres que no estudian, ni trabajan, ni están en capacitación es mayor que la de los hombres tanto en México como en otras economías emergentes.
Actualidad Laboral / Nota de prensa Ocde