Ah, la oficina… ese lugar sórdido, claustrofóbico, de donde comienzas a desear salir nada más entras por la puerta a las nueve en punto y donde toda la diversión se encuentra concentrada en la máquina de los cafés y, con suerte, en un futbolín roñoso. Sin embargo, el mundo está lleno de oficinas tan espectaculares que muchos pagaríamos un alquiler para poder trabajar en ellas. Advertencia: esta fotogalería puede causar altos niveles de frustración.
Las oficinas del estudio de arquitectura español Selgas Cano, en un entorno natural a las afueras de Madrid. Un espacio singular diseñado como un edificio longitudinal transparente en forma de túnel semienterrado que permite, literalmente, trabajar bajo los árboles, permitiendo una integración total con la naturaleza.
Las oficinas de Airbnb. La empresa que ha revolucionado el sector de los arrendamientos de temporada, poniendo en contacto a millones de personas para alquilar sus viviendas, cuenta con unas oficinas en San Francisco realmente espectaculares. ¿Su propósito? Que sus cientos de empleados se sintiesen como en casa al ir a trabajar.
Las oficinas de Urban Outfitters. Las oficinas de la marca de ropa en Filadelfia, realizadas por el afamado estudio de arquitectos Meyer, Scherer & Rockcastle, que llevaron a cabo una increíble rehabilitación de un antiguo astillero con un presupuesto de 100 millones de dólares. El resultado es un espacio abierto que fomenta la interacción entre los empleados.
Las oficinas de la agencia digital Loop. Situadas en Salzburgo (Austria), están diseñadas para fomentar un ambiente que fomente la creatividad, pilar principal de la empresa, en cuatro pisos en función de los distintos departamentos.
Las oficinas de los Estudios Pixar. Un clásico: las de Pixar son, por antonomasia, las oficinas en las que todos querríamos trabajar. Sus creadores lo tuvieron claro desde el principio: dado el elevado número de horas que los trabajadores iban a invertir en los estudios, que se sintiesen a gusto y pudiesen personalizar su propio espacio de trabajo era una prioridad.
Las oficinas de Google. Las oficinas que el gigante tecnológico tiene repartidas por todo el mundo, desde Nueva York hasta Tel Aviv pasando por Ámsterdam, Dublín o Londres, son tan geniales que no sabemos cómo sus empleados consiguen concentrarse y trabajar.
Las oficinas de Foursquare. Situadas en pleno corazón del Soho neoyorkino, sus trabajadores disfrutan de espacios diáfanos, párking de bicicletas, espectaculares vistas de la Gran Manzana, zona de ocio e incluso grandes pantallas distribuidas por el edificio con cámaras a tiempo real de la sede de la empresa en San Francisco, con el fin de fomentar la comunicación e interacción entre todos los empleados.
Las oficinas de Lego. Situadas en Dinamarca, no podrían ser de otra manera teniendo en cuenta que se trata de una empresa cuya base es la imaginación. Toboganes gigantes e inmensas estructuras realizadas con sus piezas de plástico llenan un espacio totalmente apto para crear esta atmósfera.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes
Imagen: Oficinas del estudio de arquitectura español Selgas Cano