23-05-2022

Los efectos de varias crisis internacionales inciden de forma muy adversa en la recuperación del mercado de trabajo a escala mundial, y han provocado un aumento de la desigualdad entre y dentro de los países, según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).


La 9ª edición del Observatorio de la OIT sobre el mundo del trabajo pone de manifiesto que, tras los sustanciales avances registrados en el último trimestre de 2021, la cantidad de horas de trabajo a escala mundial se redujo en el primer trimestre de 2022, hasta situarse un 3,8 por ciento por debajo del nivel de referencia, correspondiente al que existía antes de la crisis (cuarto trimestre de 2019). Ello es equiparable a un déficit de 112 millones de empleos a tiempo completo.


Por otro lado, esos datos ponen de relieve una notable disminución de las cifras que publicó la OIT en enero de 2022.


Nuevas crisis internacionales, mutuamente relacionadas, en particular las provocadas por la inflación (sobre todo con respecto a los precios de la energía y de los alimentos), la inestabilidad financiera, las posibles dificultades por endeudamiento y la interrupción de la cadena de suministro mundial, exacerbada por la guerra en Ucrania, han aumentado el riesgo de que la cantidad de horas de trabajo en 2022 siga viéndose afectada adversamente, y de que ello repercuta en mayor medida en los mercados de trabajo a escala mundial a lo largo de los próximos meses.


La agresión de Rusia contra Ucrania afecta a los mercados de trabajo de varios países, en particular Ucrania, como se destaca en una reciente nota informativa de la OIT.


En el informe también se destaca que la recuperación sigue estando determinada por una gran disparidad, cada vez mayor, entre las economías más ricas y las más pobres. Pese a que en los países de altos ingresos se registró una recuperación de la cantidad de horas de trabajo, en las economías de ingresos bajos y medianos bajos se produjo un retroceso al respecto en el primer trimestre del año, con una brecha del 3,6 por ciento y del 5,7 por ciento, respectivamente, con arreglo al valor de referencia correspondiente a la situación previa a la crisis. Cabe esperar que esa disparidad siga aumentando en el segundo trimestre de 2022.


En determinados países en desarrollo, los gobiernos se ven cada vez más condicionados por la falta de margen fiscal y las dificultades en materia de sostenibilidad de la deuda, al tiempo que las empresas hacen frente a incertidumbres en los planos económico y financiero y los trabajadores siguen sin tener suficiente acceso a la protección social.




  • Más de dos años después del comienzo de la pandemia, muchas personas siguen padeciendo los efectos de la actual coyuntura de los mercados de trabajo.

  • La mayor parte de los trabajadores aún no han recuperado sus ingresos por trabajo. En 2021, tres de cada cinco trabajadores vivían en países en los que los ingresos por trabajo no habían alcanzado aún el nivel que tenían en el cuarto trimestre de 2019.

  • La brecha de género con respecto a la cantidad de horas de trabajo también se amplió a raíz de la pandemia. En el primer trimestre de 2022, dicha brecha de género a escala mundial era 0,7 puntos porcentuales mayor que el nivel de referencia correspondiente a la situación antes de la crisis (cuarto trimestre de 2019), en la que ya existía una gran brecha de género. Las mujeres con empleo informal han sido las más afectadas. Con respecto al nivel de ingresos, el mayor aumento de la brecha de género se ha registrado en los países de ingresos bajos o medianos.

  • El gran aumento de las ofertas de empleo disponible en las economías avanzadas a finales de 2021 y comienzos de 2022 ha alterado la situación de los mercados de trabajo, a raíz del número cada vez mayor de empleo disponible en relación con los solicitantes de empleo. No obstante, no existen indicios fehacientes, por lo general, de que no se pueda satisfacer la demanda de empleo en los mercados de trabajo, habida cuenta de la considerable reserva de mano de obra desempleada o infrautilizada en muchos países.

  • Debido a la interrupción de la producción y del comercio que ha exacerbado la crisis de Ucrania, el aumento del precio de los alimentos y de los productos esenciales incide de forma adversa en los hogares en situación de pobreza, así como en las pequeñas empresas, en particular las que desarrollan su labor en la economía informal.


Recuperación centrada en las personas


"La recuperación del mercado de trabajo a escala mundial ha invertido su tendencia favorable. La suma de los efectos de varias crisis mutuamente relacionadas ha hecho que la recuperación frágil y desigual que se estaba produciendo sea actualmente más incierta. Los efectos en los trabajadores y sus familias, en particular en los países en desarrollo, van a ser devastadores y podrían repercutir de forma muy adversa en los planos sociales y políticos", manifestó Guy Ryder, Director General de la OIT. "Hoy es más necesario que nunca que colaboremos y hagamos hincapié en fomentar una recuperación centrada en las personas".


En el informe se enumera un conjunto de medidas cuya aplicación se recomienda en el futuro, en consonancia con el Llamamiento mundial a la acción de la OIT para promover una recuperación centrada en las personas y el Acelerador mundial para el empleo y la protección social , iniciativa de la ONU que coordina la OIT. Dichas medidas abarcan, en particular:




  • La prestación de apoyo oportuno y eficaz para mantener el poder adquisitivo de los ingresos por trabajo y el nivel de vida general de los trabajadores y su familia.

  • La necesidad acuciante de promover el diálogo tripartito para propiciar ajustes salariales adecuados y justos, en particular en relación con el salario mínimo, el fortalecimiento de los sistemas de protección social y el apoyo a los ingresos, así como la provisión de medidas de seguridad alimentaria, en su caso.

  • El adecuado ajuste de las políticas macroeconómicas, con objeto de abordar las dificultades relacionadas con la inflación y la sostenibilidad de la deuda, al tiempo que se fomenta una recuperación inclusiva basada en el empleo.

  • La prestación de asistencia a los grupos y sectores más afectados, en particular los trabajadores vulnerables y los que se encuentran en la fase de transición de la economía informal a la formal.

  • La formulación de políticas sectoriales adecuadas a largo plazo que permitan promover la creación de empleo decente y “verde” , fomentar la sostenibilidad y la inclusión y ayudar a las empresas, en particular las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (MIPYME).


Actualidad Laboral / Con información de OIT