La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un registro el martes, en el que lamenta que desde 2017 más de 700 trabajadores de la salud han fallecido; y otros 2.000 han resultado heridos, a raíz de ataques a instalaciones médicas en el mundo. De acuerdo con el Sistema de Vigilancia de Ataques a Centros de Salud, los países más afectados por estos ataques son Etiopía, Yemen, Siria, Mozambique, Nigeria, el territorio palestino ocupado, Myanmar, la República Centroafricana y Somalia.
El director de Intervenciones en Emergencias de la OMS en Ginebra, Altaf Musani, señaló que en 2020, uno de cada seis incidentes de este tipo, ocasionó la muerte de un paciente o de un trabajador de la salud. “Estamos muy preocupados porque cientos de instalaciones médicas han sido destruidas o tenido que cerrar; han muerto trabajadores de la salud o han resultado heridos. Y porque millones de personas, no reciben los cuidados médicos que necesitan”, aseveró Musani.
De acuerdo con el funcionario, además de poner en riesgo la vida de los trabajadores, el impacto recae en su salud mental y “su deseo de volver a trabajar; así como en la voluntad de las comunidades de acudir a las instalaciones médicas. Además, reduce drásticamente la respuesta a las crisis de salud, entre otros efectos”.
Musani explicó que uno solo de estos incidentes, lleva consigo un efecto dominó “enorme”; y que tiene además, consecuencias a largo plazo en el sistema de salud.
En lo corrido de 2021, según los datos de la organización, se han registrado 588 incidentes de este tipo en 14 países. Lo que supone un aumento frente a los 333 registrados en todo 2020, las cifras no mostraron disminución ni siquiera en medio de la pandemia. “Durante esta pandemia, más que nunca, los trabajadores sanitarios deben ser respetados y protegidos; al igual que las instalaciones en las que se brinda atención médica y los medios de transporte que se utilizan, como ambulancias”, recomendó Musani.
Actualidad Laboral / Con información de Agencia Anadolu