En 12 años que lleva funcionando Open English, nunca había registrado una demanda tan alta como la que está teniendo ahora por las medidas de confinamiento que han implementado los gobiernos para combatir la pandemia del coronavirus. Y aunque tal nivel de incremento no llegó a ser considerado por su equipo directivo en algún momento, la empresa líder en enseñanza de inglés en América Latina y el mercado hispano en los Estados Unidos ha podido hacer frente a este desafío, porque su visión –desde sus inicios en Caracas en 2008– siempre fue online.
“Nosotros tenemos años haciendo esto. No es que hemos tenido que llevar un modelo off line a uno online en pocas semanas”, destaca como una de las fortalezas de la compañía, Andrés Moreno, CEO y fundador de Open English. Por ello, el confinamiento no ha sido un enemigo, sino paradójicamente un aliado.
“La verdad es que todo esto ha jugado a nuestro favor, en el sentido de que tenemos unas herramientas que hemos estado perfeccionando desde hace una década sobre cómo enseñar en línea”, valora.
Para Moreno, esta no es solo una oportunidad valiosa que favorece a Open English, que cuenta con 500.000 estudiantes en al menos 40 países. Lo es también para el fenómeno de la educación online, que si bien crecía globalmente a una tasa anual del 7,6%, según un estudio de OBS Business School, lo hacía a un menor ritmo y con mayor cautela en algunos niveles de enseñanza.
El canal Open English Junior –dirigido a niños de entre 8 y 14 años– ha tenido el mayor aumento de demanda desde marzo, nunca antes vista en este grupo. “Casi se ha triplicado la demanda”, insiste Moreno.
“Lo interesante es que ahora todos tienen la oportunidad de probar la educación online [...]. El mundo continúa y la educación no puede detenerse”, insiste el creador de Open English.
Ese “incremento sin precedentes” del que habla Moreno se manifiesta en un alza del 50% en el uso de la plataforma por los inscritos antes de la pandemia. Por otro lado, también ha habido una mayor expansión en la demanda de los interesados en iniciar estudios, que solo en marzo se duplicó. “La gente le está sacando mayor provecho a la oportunidad de tener que estar en casa”, sostiene.
Si bien el aprendizaje online es algo en lo que Open English se maneja sin dificultad, el aumento –casi el doble– de las clases, le ha representado un reto operativo. Según Moreno, han tenido que evaluar constantemente cómo agregar suficientes turnos de profesores para dar abasto a una demanda que supera el ritmo habitual de la compañía. “Lo bueno, insisto, es que teníamos muchos años haciendo esto y contamos con una infraestructura que lo soporta”, comenta.
Moreno se refiere específicamente a un sistema que les ha permitido impartir más de 500.000 clases en vivo al año, lo que resulta en un producto que agrega valor en un contexto en el que la adopción del aprendizaje de inglés online ha aumentado, principalmente en los países donde las cuarentenas han sido más rigurosas, como el caso de Colombia, según el líder de Open English.
Chile y México también destacan entre los países donde la demanda se ha elevado desde mediados de marzo.
Una particularidad que destaca en el caso de Open English es que no son los adultos los que más se han sumado a la plataforma durante la pandemia, sino los niños. Es así como el canal Open English Junior –dirigido a niños de entre 8 y 14 años– ha tenido el mayor aumento de demanda desde marzo, nunca antes vista en este grupo.
“Casi se ha triplicado la demanda”, insiste Moreno, quien destaca que el alza en este target evidencia el interés de los padres en mantener a sus hijos productivos en tiempos en que las opciones son reducidas.
Y justamente considerando esa oportunidad, la compañía diseñó un par de estrategias que les ha permitido no solo sumar estudiantes, sino agregar valor también en quienes no tienen la posibilidad de adquirir el curso. Para ello, Open English está dictando clases gratuitas a través de su página de Facebook, que se realizan a diario en dos turnos. La iniciativa ha generado una interacción promedio de 10.000 comentarios por clases.
Pero no todo ha sido tan fácil como parece. Además del reto operativo, el confinamiento que ha provocado la pandemia en los países donde tiene presencia Open English, les ha obligado a reorganizar su equipo de trabajo. Un total de 1.700 empleados están trabajando desde casa, para lo cual fue necesario equiparlos con la infraestructura y tecnología mínima requerida.
También tuvieron que cerrar sus 16 oficinas en América Latina y Estados Unidos y migrar los procesos que se realizaban allí a un sistema digital para garantizar su continuidad durante las restricciones de movilidad y distanciamiento social.
Actualidad Laboral / Con información Americaeconomia