09-02-2022

La compañía estadounidense especializada en la fabricación y venta de bicicletas estáticas para la práctica del home fitness, ha relevado a su consejero delegado y anunciado 2.800 despidos.


Barry McCarthy, ex director financiero de Spotify y Netflix, asumirá el cargo de presidente y consejero delegado de la compañía a partir de mañana, mientras que John Foley, hasta ahora consejero delegado, pasa a ser presidente ejecutivo de la compañía. Por otro lado, William Lynch, hasta ahora presidente, dejará el cargo pero seguirá como consejero no ejecutivo de la compañía.


Peloton también ha anunciado una serie recortes para mejorar su rentabilidad y sanear cuentas, por lo que despedirá a 2.800 empleados. Con estos recortes, la compañía espera ahorrar 800 millones de dólares. El coste de la reestructuración será de 130 millones, incluyendo los despidos, y 80 millones de dólares de cargos no monetarios.


Además de optimizar su red logística, despedirá a un 20% de su plantilla. También está reduciendo almacenes, equipos de entrega y ampliando sus acuerdos comerciales con proveedores de logística de terceros. La lista de instructores de Peloton y su contenido no se verán afectadas, ha asegurado.


“Estamos tomando medidas para asegurarnos de que Peloton aproveche los grandes beneficios del fitness conectado a largo plazo; este programa de reestructuración es el resultado de una planificación diligente para abordar áreas clave del negocio y alinear nuestras operaciones para que podamos ejecutar nuestra oportunidad de crecimiento con eficiencia y disciplina”, ha asegurado Foley. “Estas decisiones, en particular las relacionadas con los miembros del equipo de Peloton afectados, no se tomaron a la ligera”, ha reiterado.


Por otro lado, la compañía ha anunciado la entrada de Ángel L. Méndez, ex de Citigroup, y Jonathan Mildenhall, ex de Airbnb, en su junta de administración. Erik Blachforh ha dimitido.


Las ventas de Peloton se dispararon durante los cierres por el Covid-19, pero los últimos resultados confirmaron las peores previsiones con la vuelta a la normalidad. Peloton cerró el primer trimestre del ejercicio en curso (periodo finalizado en septiembre) con un aumento de la facturación del 6,3% y unas pérdidas de 376 millones de dólares.


Para amortiguar el golpe, Peloton contrató a la consultora McKinsey para revisar su estructura de costes y eliminar puestos de trabajo, recortó el precio de su bicicleta más popular, aumentó el gasto en publicidad y paralizado su producción de bicicletas al menos hasta marzo. Además, no prevé producir ninguna máquina Tread+ en el año fiscal actual, que finaliza el 30 de junio de 2022. Pero no ha sido suficiente.


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