30-06-2017
Los consumidores británicos han sufrido el declive más largo en su poder adquisitivo desde la década 1970, según mostraron datos oficiales, aunque se percibieron señales de que la economía podría haber ganado recientemente algo de impulso.
Las cifras de la Oficina Nacional de Estadística dibujaron un panorama sombrío para los consumidores que se enfrentan al doble desafío de la creciente inflación -causada en gran parte por la caída de la libra desde el voto a favor del Brexit- y la ralentización del crecimiento salarial.
Los ingresos familiares disponibles, ajustados por la inflación, cayeron por tercer trimestre consecutivo, dijo la ONS (por sus siglas en inglés), que culpó en parte al periodo de pago de impuestos.
Este fue el peor periodo desde la década de 1970 y llevó la tasa de ahorro de los hogares a un mínimo histórico del 1,7 por ciento.
El Banco de Inglaterra (BoE) busca señales de un repunte en la economía tras el débil comienzo del año, mientras planea cuándo subir las tasas de interés por primera vez en una década.
La ONS confirmó que la economía creció un 0,2 por ciento en el periodo enero-marzo frente al trimestre anterior, una fuerte ralentización frente al cuarto trimestre de 2016 cuando se expandió un 0,7 por ciento.
Esta repentina desaceleración supuso que Reino Unido ha pasado de ser una de las economías con mayor crecimiento del G-7 a su resultado más débil en el primer trimestre.
El Banco de Inglaterra espera que el crecimiento suba al 0,4 por ciento en el segundo trimestre, a pesar del poco concluyente desenlace de las elecciones generales de este mes, y ha dicho que podría empezar a subir los tipos de interés si ve más un aumento en las exportaciones e inversiones en los próximos meses.
Actualidad Laboral / Con información de Reuters