12-02-2021

Del 12 al 17 de febrero, millones de personas iban a ser testigos de uno de los eventos más grandes del mundo. Los desfiles, las carrozas, los trajes coloridos que representan el arte y la historia brasileña quedaron guardados. La alegría callejera se convirtió en un profundo silencio que se siente en los rostros de los residentes de Río de Janeiro. El carnaval de Río de Janeiro fue suspendido por primera vez en su historia a raíz de la pandemia de Covid-19.


Las pérdidas para los comerciantes están estimadas este año en 509 millones de dólares. En 2020, los 2,1 millones de turistas -de los cuales cerca de 500.000 extranjeros- dejaron cerca de 717 millones de dólares de ingresos, un récord para la “cidade maravilhosa” que en los últimos años venía aumentando el número de visitantes.


Antes de anular el carnaval, las autoridades brasileñas propusieron aplazarlo para el mes de julio, sin embargo, la Alcaldía de Río de Janeiro optó por cancelarlo definitivamente, por dificultades logísticas para su organización. La decisión se tomó con el fin de evitar aglomeraciones y evitar la expansión del coronavirus dentro de la población. Actualmente, Brasil se acerca a los diez millones de contagios y más de 234 mil personas han perdido la batalla contra el Covid-19.


Un duro golpe para la economía carioca


Eduardo-Paes-alcalde-rio-de-janeiro-carnaval


El 21 de enero, el alcalde de Río de Janeiro anunció que la ciudad renunciaba a celebrar su famoso carnaval este año, debido al repunte de casos de Covid-19. “Nunca he escondido mi pasión por el carnaval y sé la importancia económica, que tiene este evento cultural para nuestra ciudad. Sin embargo, me parece una tontería imaginar en este momento que podemos organizar el carnaval en julio”, escribió el alcalde Eduardo Paes en su cuenta en Twitter. "En 2022 podremos (todos debidamente vacunados), celebrar la vida y nuestra cultura con toda la intensidad que se merece", agregó.


Paes dijo también, que el Gobierno daría ayudas a los brasileños que trabajan todo el año para organizar la gigantesca fiesta. El duro revés a la economía de la ciudad lo sienten todos, desde los vendedores ambulantes hasta los hoteles que han visto reducida su ocupación en más de un 50%. El golpe también lo sienten los artesanos, diseñadores, carpinteros, soldadores, costureros, mecánicos y todos aquellos que le dan vida al carnaval. A ellos se suman infinidad de músicos y bailarines, así como comerciantes que importaban adornos, disfraces e implementos para el evento.


Prohibiciones durante los días de carnaval


La anulación del evento no ha impedido que personas organicen fiestas clandestinas, que cobran entradas de hasta 40 dólares a través de páginas en Internet y redes sociales. Paes le recomendó a la gente no asistir a dichas fiestas. y dijo que aquellos que incumplan las reglas podrán ser acusados de delito contra la salud pública.


Según medios locales, la ciudad de Río de Janeiro publicó un decreto "que establece una serie de medidas para el uso de los espacios públicos y para las actividades económicas de la ciudad durante la semana del carnaval. Tomando en cuenta medidas relacionadas con el combate al Covid-19".


El artículo 2 del decreto prohíbe "la concentración y desfile de escuelas de samba; la concesión de autorización para el comercio callejero temporal, la concesión de licencias transitorias para eventos del carnaval y el ingreso a la ciudad de buses y otros vehículos, excepto aquellos que presten servicios regulares a empresas u hoteles".


El decreto aplica a partir de las 00:00 horas de este viernes 12 de febrero y finaliza a las 06:00 del lunes 22 de febrero.






Actualidad Laboral / Con información de France 24