A pesar de los progresos alcanzados en lo que se refiere al tratamiento que les permite trabajar, las personas que viven con el VIH siguen enfrentando discriminación cuando buscan empleo, cuando se esfuerzan por mantener su puesto de trabajo y avanzar en sus carreras profesionales, según un nuevo estudio presentado por la
OIT y la Red mundial de personas que viven con el VIH (GNP+).
El informe,
HIV Stigma and Discrimination in the World of Work: Findings from the People Living with HIV Stigma Index (Estigma y discriminación asociados con el VIH en el mundo del trabajo: Resultados del índice de estigma de las personas que viven con el VIH), se basa en encuestas realizadas por 13 equipos nacionales en todo el mundo. Se entrevistaron a más de 100.000 personas que viven con el VIH.
El estudio fue presentando durante la
Conferencia Internacional sobre el sida “SIDA 2018” , organizada cada dos años, es la mayor conferencia mundial sobre cualquier tema de salud o desarrollo global en el mundo, que tiene lugar en Ámsterdam del 23 al 27 de julio.
El informe contiene los últimos datos sobre el VIH y la discriminación en el lugar de trabajo y muestra que:
- Una gran proporción de personas que viven con el VIH están desempleadas, con tasas que varían de 7 por ciento de los entrevistados en Uganda a 61 por ciento en Honduras.
- Diez de los trece países registraron tasas de desempleo entre los entrevistados de 30 por ciento o más.
- Los jóvenes que viven con el VIH registran una tasa de desempleo mucho más alta, desde 11 por ciento en Corea del Sur a 61 por ciento en Grecia, con algunos países que registran una tasa superior al 50 por ciento: Timor Leste (50 por ciento), las islas Fiyi (56 por ciento), Grecia 61 por ciento, y Honduras (60 por ciento).
- Las mujeres que viven con el VIH tienen menos probabilidades de estar empleadas que los hombres en la misma situación, debido a las responsabilidades de cuidado no remuneradas.
- En todos los países, el desempleo de las personas transexuales que viven con el VIH permanece alto.
- La falta de un ingreso independiente entre las mujeres también es alto, lo cual significa que las mujeres que viven con el VIH no tienen autonomía económica en la misma medida que sus homólogos masculinos.
- Otra conclusión importante es que muchas personas siguen perdiendo su empleo, en parte o completamente, a causa de su estado serológico. La proporción de personas que trabajaban y perdieron el empleo o la fuente de ingreso a causa de la discriminación por parte de los empleadores o colegas varía de 13 por ciento de los encuestados en Fiyi a 100 por ciento en Timor Leste. También es alto en Belice (86 por ciento), Nicaragua (67 por ciento), Grecia (80 por ciento) y Costa Rica (53 por ciento).
El estudio incluye también declaraciones anónimas de persona que viven con el VIH quienes enfrentaron discriminación, como esta persona de Ucrania:
“Cuando la información sobre mi estatus llegó a mi director, me citó en su oficina. Primero me dijo que estaba trabajando mal y poco. Luego me pidió que presentara mi renuncia, sin ninguna explicación real, como si mi renuncia fuese voluntaria”.
Ocultar la condición de seropositivo
Según el informe, muchas personas son reticentes a revelar su condición de seropositivo a sus empleadores y hasta a los colegas. Otra declaración anónima desde Camerún muestra la extensión del problema de acceso al empleo:
“Fui a buscar mi carta de nombramiento, pero sólo para escuchar que tenía que someterme a un examen médico. Yo conocía mi condición de seropositivo, la cual notifiqué a la funcionaria de recursos humanos, ella me dijo que tenía que hacer el examen médico, el cual confirmó mi estado serológico positivo. Esto puso fin al proceso de contratación ya que ellos ya no podían contratarme a pesar de haber superado las entrevistas”.
De manera similar, la discriminación relacionada con el VIH sigue siendo un gran límite para las promociones profesionales.
“Lo que el informe muestra es que aún queda un largo camino por recorrer en nuestros esfuerzos por combatir el estigma y la discriminación relacionados con el lugar de trabajo hacia las personas que viven con el VIH. El acceso a la atención médica y al empleo están inextricablemente relacionados, y un objetivo tan importante como el de contener la epidemia y garantizar el bienestar de las personas que viven con VIH, no puede ser alcanzado sin otorgar prioridad a poner fin al estigma relacionado con el VIH en el lugar de trabajo”, declaró Sasha Volgina, Directora del Programa, GNP+.
“Las personas que viven con el VIH tienen el derecho de trabajar y nadie debería negárselo."
Actualidad Laboral / Ver completo en OIT