Tras el conflicto laboral desatado por los tripulantes de cabina de España, Portugal, Bélgica e Italia, Ryanair aseguró a sus accionistas que prefería enfrentar más huelgas antes de "cambiar su modelo eficiencia". Y parece que así va a ser.
Los sindicatos de los pilotos y TCP de los países en los que la 'low cost' tiene base han acordado reunirse la primera semana de septiembre en Roma (Italia) para definir los "siguientes pasos reivindicativos". La idea es que en este encuentro se negocie la posibilidad de realizar un paro conjunto paneuropeo que ponga contra las cuerdas a Ryanair y le fuerce a negociar mejoras laborales.
No en vano, tras la megahuelga convocada por los TCP el pasado mes de julio, que ha frenado en seco el crecimiento de Ryanair en España, los pilotos de Alemania, Holanda, Bélgica, Suecia e Irlanda pararon el 10 de agosto de forma coordinada para exigir lo mismo: estar sujetos a la legislación laboral de los países en los que están basados.
A pesar de los paros, las conversaciones con la aerolínea no han avanzado por lo que si en septiembre no se desatasca la situación, el consejero delegado de Ryanair, Michael O'Leary, puede enfrentar la peor huelga de la historia de la aviación.