Los efectos de la desaceleración de la demanda en China y otras regiones, como América Latina, afectarán inevitablemente el empleo en la región.

Así lo afirma en una entrevista Manuel Salazar Xirinachs, nuevo director para América Latina y el Caribe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

¿Cómo generar empleo de manera sostenida en las economías de la región?

Ninguna política de empleo está bien diseñada si no es sobre un anclaje de política de desarrollo productivo. Desgraciadamente, en los últimos 20 años se dijo: “Estado, quédese quieto porque el desarrollo productivo lo hace el sector privado, usted solo ponga las reglas”.

Sin embargo, una política moderna productiva contempla alianzas público-privadas y el tripartidismo con los trabajadores.

¿Qué hace la región en productividad e innovación, que son dos deficiencias en la región y que, al final, impactan el empleo y la competitividad?

Hay varias deficiencias, y lo importante es promover procesos de aprendizaje: que las sociedades hagan cosas, lo que se llama expertise técnico. Esa capacidad se genera en las empresas, en las cadenas de valor, en los sitios de trabajo, entre los empleados y los gerentes.

Y la base del capital humano es el sistema educativo, y no es tan importante el número de matriculados, sino la calidad de la educación.

¿Por qué a las empresas medianas y pequeñas les cuesta ser más competitivas que a las grandes?

Muchos países tienen empresas modernas, que compiten globalmente, pero, si se ponen en un universo, son una minoría.

El mercado de trabajo en América Latina es heterogéneo. Hay mucha gente que trabaja por cuenta propia, y demasiadas pequeñas empresas con baja productividad.

¿De qué magnitud será el impacto de la desaceleración de las economías en el empleo de la región?

Es claro que el empleo se va a impactar, y en el corto plazo vamos a ver posiblemente tasas de desempleo más altas. En términos de América Latina, algunas economías, particularmente de Suramérica, el crecimiento ha estado basado en precios de materias primas.

La otra realidad es Centroamérica y México, que es distinta porque no se basa en productos primarios, sino en gran porcentaje en el comercio con Estados Unidos.

Eso nos recuerda la importancia de que tenemos que avanzar hacia un crecimiento diversificado y de mayor productividad, no solamente especializado en los recursos minero-energéticos.

Actualidad Laboral / Con información de El Tiempo