Hay muchos errores profesionales que podemos cometer a lo largo de nuestra carrera, pero algunos no son tan evidentes como otros. Por ejemplo, el experto en contratación Oliver Cooke destaca el gran error que es aceptar una contraoferta cuando renuncias. Te explicamos por qué.
Desde fallos en el currículum y errores en la entrevista, hasta meteduras de pata en el trabajo y desacuerdos con tu jefe. Hay muchos errores profesionales que podemos cometer a lo largo de nuestra carrera, incluso cuando renunciamos.
Es más, al dimitir podemos cometer uno de los mayores errores profesionales que hay: aceptar una contraoferta.
Pongámonos en situación: llevas meses dándole vueltas, pensando en dejar tu empleo porque ya no te llena, no estás cómodo con el equipo o, más comúnmente, no te pagan bien. Sea cual sea el motivo, finalmente ha sido suficiente para tomar la decisión de dejarlo.
Sin embargo, tras armar el valor para renunciar, tu jefe te ofrece una contraoferta prometiendo subirte el salario. La tentación es enorme; si te había costado llegar a tomar la decisión, mantenerte firme cuando una persona te da un motivo por el que cambiar de opinión es tremendamente difícil. No obstante, Oliver Cooke, director de la empresa de contratación Selby Jennings, en Norteamérica, asegura que nunca deberías aceptar una contraoferta.
Pese a que probablemente te parezca que por fin tienes el control, pudiendo conseguir lo que buscabas inicialmente, es importante que eches la vista atrás: la realidad es que no te han valorado desde un principio. Piénsalo, si realmente valías eso ¿por qué no estaban pagándotelo desde un principio?
La respuesta está en que ahora están pensando a corto plazo. Se ven en una tesitura complicada porque han perdido a un buen profesional y ahora tendrán que intentar reemplazarlo, con la inversión que supone.
Aceptar la contraoferta es peligroso ya que tu jefe puede empezar a dudar de ti ya que ya han visto como se ha roto tu compromiso con la empresa. Así, como explica Cooke, abre el planteamiento a cómo podrían reemplazarte en un futuro.
“La mayoría de las personas que sí aceptan una contraoferta suelen estar en el mercado laboral en los próximos 6 y 12 meses“, explicó Cooke a CNBC, aludiendo también a la ruptura de confianza entre jefe y empleado.
Un salario bajo probablemente no haya sido lo único que te ha motivado a tomar la decisión, es posible que hayan entrado en juego más factores; puede que los primeros meses con tu nuevo salario estés feliz, pero de nuevo empezarán a resurgir los problemas que tenías antes.
Dicho esto, Cooke también hace hincapié en que dejar tu puesto de trabajo no es una decisión que debas tomar a la ligera. Es importante hacerse muchas preguntas antes de dimitir y no cayendo en la tentación de dejar tu empleo ante ciertas situaciones. De ahí que puedas estar tan seguro de no aceptar la contraoferta: no te estás precipitando ni tomando la decisión equivocada porque lo has pensado y valorado mucho.
Así, al rechazar la contraoferta se lo más educado posible, intentando acabar bien con la empresa. Explícales que te ha salido una oportunidad que encaja más con tus objetivos profesionales, agradéceles el tiempo que has pasado trabajando para ellos y ofréceles tu ayuda en la transición. Acabar bien en tu anterior trabajo te puede ayudar a empezar con buen pie en el siguiente.
Actualidad Laboral / Con información de TicBeat