17-10-2024
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, canceló el jueves otros 4.500 millones de dólares en deuda estudiantil a más de 60.000 personas. Lo que eleva a más de un millón el número de trabajadores del servicio público, a los que se les han condonado sus préstamos para estudios superiores.
La condonación es el último esfuerzo de Biden por cumplir su promesa de campaña, de ofrecer alivio de la deuda a millones de estadounidenses, antes de que deje el cargo en enero. Aunque sus esfuerzos se topen con obstáculos en los tribunales.
La vicepresidenta Kamala Harris, la aspirante demócrata a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre; en las que se medirá al ex mandatario republicano Donald Trump. Dijo que seguirá ocupándose de los costos de la educación si resulta elegida, incluso mediante el alivio para quienes recurrieron a préstamos federales para estudiantes.
"Mientras los funcionarios electos republicanos hacen todo lo posible, para impedir que millones de sus propios electores reciban este alivio económico tan necesario. Yo continuaré nuestro trabajo para reducir los costos, hacer más asequible la educación superior, y aliviar la carga de la deuda estudiantil", dijo Harris en un comunicado.
La medida del miércoles eleva a 175.000 millones de dólares, el total aprobado por la Administración Biden-Harris para aliviar la deuda estudiantil de casi 5 millones de deudores; según informó la Casa Blanca en un comunicado.
La Casa Blanca ha calificado el actual sistema de préstamos estudiantiles de inservible. Y sostiene que es necesario un alivio de la deuda, para garantizar que los prestatarios no se vean agobiados económicamente por su decisión de cursar estudios superiores.
Harris ha centrado parte de su campaña en sus planes económicos, destinados a reducir el costo de vida de la clase media y baja e impulsar la economía en general. Mientras que Trump, se ha centrado en los aranceles y las bajadas de impuestos.
Los republicanos han descrito el enfoque de Biden sobre la condonación de préstamos estudiantiles, como una extralimitación de autoridad. Y, un beneficio injusto para los prestatarios con educación universitaria, mientras que otros no reciben tal alivio.
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Actualidad Laboral / Con información de El Economista México