Las profesiones siempre se han transformado, pero la velocidad a la que se producen hoy estos cambios tiene un gran impacto en ocupaciones clásicas como los agentes turísticos o los taxistas.

En un mercado en plena transformación es inevitable que al mismo tiempo que aparecen nuevas profesiones, haya otras que estén en declive. No es fácil anticiparse al futuro y saber con certeza qué actividades dejarán de existir dentro de unos años. Sin embargo, la velocidad a la que se producen los cambios tecnológicos y los nuevos modelos de trabajo, está provocando que haya perfiles en peligro de extinción y otros tantos que ya no trabajan como lo habían hecho hasta ahora.

"Este tipo de transformación ha ocurrido siempre, pero ahora se produce de forma más rápida, por eso su impacto es mayor y, por tanto, llama más la atención. Por ejemplo, si observamos una fotografía de la década de 1950 vemos que todo el mundo llevaba sombrero, sin embargo hoy poca gente lo usa. Es un caso típico que refleja muy bien esta evolución. Los fabricantes de sombreros no han desaparecido, pero sí actúan de forma diferente y han adaptado su negocio a determinados nichos", explica Valentín Bote, director de Randstad Research.

Perfiles

Se estima que de aquí a diez años otras profesiones van a seguir esos mismos pasos. En esos casos, serán los puestos menos cualificados de las empresas los que se verán más afectados. Irán desapareciendo aquellos que puedan ser optimizados por una máquina, como los encargados de cadenas de producción o telefonistas. También estarán en la cuerda floja los que hayan modificado todos sus métodos de trabajo, como los servicios de correos o de almacenaje manual y logístico.

Como anticipa Susana Gómez, socia directora de Smart Culture, "el mercado de trabajo de países industrializados se configurará con una estructura de reloj de arena caracterizado, por un lado, con puestos muy especializados y, por otro, muy poco cualificados, es decir, todos aquellos que la tecnología no podrá sustituir".

Esta situación es un ultimátum para muchos perfiles y el único camino que les queda es la actualización y la identificación de las nuevas necesidades de su profesión.

Carteros. La disminución del envío de cartas ha obligado a que el sector lleve a cabo una gran transformación y hoy es un ejemplo de cómo se reinventa un servicio tradicional. Los nuevos modelos de mensajería, las últimas soluciones para las empresas y el uso de herramientas diferentes para realizar el seguimiento de los pedidos han dejado en un segundo plano al repartidor tradicional.

Agentes turísticos. El negocio clásico de una agencia de viajes en la que los profesionales esperan a que el cliente entre en el local para organizar su viaje, ha quedado obsoleto. Ahora prácticamente todas las operaciones se realizan a través de Internet y se buscan planes más personalizados. "Los agentes turísticos se ven obligados a reinventarse con el fin de dar respuesta a las nuevas necesidades de sus clientes", añade Silvia Baques, sénior mánager de Human Capital de Deloitte.

Taxistas. Quizá éste sea uno de los ámbitos en los que el impacto de esta evolución del mercado sea mayor. No tanto por casos como los de Uber, sino por el progreso tecnológico. Por ejemplo, muchas compañías tienen como reto a medio plazo el desarrollo de los coches que circulan sin conductor. Además, otros sistemas como el alquiler de vehículos para desplazamientos dentro de la ciudad, como el que propone car2go, son indicadores claros de que estos profesionales se van a ver obligados a pensar en nuevos modelos de negocio.

Personal de vuelo. En este caso la tecnología no es la protagonista del cambio, sino que lo son las nuevas propuestas por parte de la competencia. La implantación de las líneas de bajo coste que están llevando a cabo las compañías tradicionales para competir con las líneas low cost está afectando a los puestos del personal de vuelo. "En situaciones como ésta, los profesionales deben afrontar el cambio con grandes dosis de flexibilidad, aprendiendo a adaptarse a los cambios en las tareas que lo solicitan", comenta Antonio Peñalver, socio director de People First Consulting.

Administrativo de banca. Los puestos relacionados con el back office son los perjudicados por la automatización que está viviendo este sector. Como contraste, están en alza los perfiles vinculados a las operaciones online, programadores y los encargados de la ciberseguridad.

La importancia de la cualificación

Se estima que en un plazo de dos décadas el 47% de los empleos actuales será sustituido por robots o simplemente desaparecerá. Ante esta situación, el Centro Europeo para la Proyección de Empleo (Cedefop) avisa de la necesidad de una gran cualificación de los profesionales, ya que la mayoría de los empleos se crearán en profesiones con una alta exigencia de conocimientos y competencias. "En el empleo que se va a crear podemos diferenciar entre la demanda por expansión, que se refiere a los puestos novedosos que van a aparecer; y por reemplazamiento, es decir, los profesionales que simplemente sustituyen a otros", explica Carlos Obeso, profesor de dirección de personas de Esade. En cualquier caso, en todos ellos la cualificación será esencial. Por ejemplo, ya no se concibe al camarero tradicional. Éste debe dominar la tecnología para gestionar los nuevos modos de pago e incluso tener conocimientos de nutrición, ya que los clientes quieren saber lo que están comiendo y será al primero al que pregunten. Para adaptarse a este grado de exigencia, independientemente del sector, el profesional deberá demostrar una gran especialización técnica, y profundizar en la capacidad de aprendizaje, proactividad, creatividad y capacidad de interrelación.

Actualidad Laboral / Con información de Expansión