En el año 2018 se superó el índice de las dos grandes olas de protestas desarrolladas en Venezuela, en los años 2014 y 2017, en las cuales se documentaron 9.286 y 9.787 manifestaciones, respectivamente, según indica el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, que registró enero y diciembre de 2018 al menos 12.715 protestas.
Esta cifra representa un incremento de 30% con respecto a 2017, cuando se documentaron 9.787 manifestaciones, con un promedio diario de 27. Además, bajo el mandato de Nicolás Maduro se han generado las mayores protestas sociales y en el período de Gobierno 2013-2018, se registraron al menos 48.966 manifestaciones, de las 59.787 registradas durante los últimos 8 años.
El 89% de las protestas de 2018 se caracterizó por la exigencia de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, lo que evidencia que la falta de políticas públicas efectivas que atiendan los problemas urgentes relacionados a la calidad de servicios públicos, respeto a contrataciones colectivas de los trabajadores, salud, alimentación y educación, motivan las protestas por encima de las demandas de carácter político.
Trabajadores exigieron salarios dignos y respeto a las contrataciones colectivas
La mayor cantidad de protestas en el país, en el 2018 estuvieron protagonizadas por trabajadores y profesionales de diversos gremios, quienes salieron a las calles y conformaron una coalición intersectorial, que protagonizó un récord de 5.735 manifestaciones en defensa de los derechos laborales, lo que se traduce en un promedio de 478 protestas mensuales.
Los trabajadores del sector salud realizaron 2.525 manifestaciones y los del sector educación 1.722 manifestaciones. Estos dos gremios reportaron la frecuencia más alta de protestas durante todo el año.
La demanda de reivindicaciones salariales adecuadas para cubrir las necesidades básicas, pese a los seis ajustes salariales decretados por el Ejecutivo en 2018, es la exigencia más destacada de los trabajadores. La hiperinflación que atraviesa el país diluye cualquier capacidad adquisitiva del salario.
Las principales reivindicaciones también estuvieron ligadas al respeto de las contrataciones colectivas y condiciones para ejercer sus funciones, entre ellas, infraestructura e insumos.
En algunos casos, hay empresas que no tienen materia prima para mantener la producción.
Las consecuencias de esta situación se reflejan en la búsqueda de otras fuentes de ingresos, incursión en labores informales, cambio de patrones de consumo, dependencia de los beneficios del Estado y fuga de talento.
Conflictividad Social en Venezuela 2018
Actualidad Laboral / NCT