Conciliar la vida personal y laboral es una de las cosas más complicadas de hacer cuando eres ambicioso en el trabajo o en los estudios. A veces para lograr nuestras metas sacrificamos nuestro tiempo libre, lo que repercute negativamente en las relaciones personales y familiares.

Si cada viernes al salir del trabajo no puedes dejar de pensar en lo que tienes que hacer el lunes, necesitas un respiro. No es sencillo desconectar convenientemente del trabajo. Por eso, te proponemos cinco consejos para lograr el equilibrio entre tu vida personal y laboral.

Toma conciencia de que no puedes hacerlo todo

Es muy importante aprender a delegar el trabajo y, sobre todo, hacerlo con cabeza. No se trata de pasar el muerto a cualquier compañero, sino de coordinar las tareas de tal forma que nadie tenga exceso de trabajo. Conciliar la vida personal y profesional se trata en buena medida de eso. Cuando logres un equilibrio en el trabajo, tendrás más tiempo para dedicar a tu tiempo de ocio.

Esto también es aplicable a la vida personal: procura repartir las responsabilidades del hogar con tu pareja o incluso con tus hijos mayores. También plantéate contratar a profesionales del cuidado de mayores o de limpieza doméstica si lo necesitas y si entra en tus posibilidades.

Aprende a distinguir las cosas que son urgentes

Seguro que en más de una ocasión te has agobiado con una tarea que finalmente no era tan urgente como parecía. Distinguir qué temas necesitas hacer inmediatamente y cuáles pueden esperar es tan importante (o más) como no llevarte trabajo a casa.

Cuida tu salud

No hace falta ser un experto para saber que la vida saludable contribuye a la productividad. Hacer yoga, mindfulness, seguir una dieta saludable, etc, reduce el estrés y te ayuda a despejar la mente. Hacer deporte de manera regular es una parte fundamental de esto. Durante el rato que haces ejercicio físico dejarás de pensar en la vida laboral, te alejarás del móvil y del email, y cambiarás el chip. Es decir, te será más sencillo centrarte en tu vida personal sin preocupaciones.

Quejarse no ayuda

Para algunos, quejarse forma parte de su forma de ser. Sin embargo, es un hábito que te impide ser más productivo. Tu cerebro estará más preocupado por indignarse que por encontrar soluciones a los problemas. Una buena forma de mantener el equilibrio entre vida personal y profesional es dejar de quejarte y empezar a ser más positivo.

Organízate

Sabes que eres capaz de hacer grandes cosas, pero sin un orden no te valdrá de nada. Cuanto más organizado seas, más productividad lograrás. Controla tus horarios, intenta no dejar nada para el día siguiente y verás que podrás lograr un mayor equilibrio de tu vida personal y laboral.

Actualidad Laboral / Con información de Universia