En los últimos meses se ha estado produciendo un fenómeno en Estados Unidos, conceptualizado como 'la Gran Renuncia', que está llevando a muchas personas a dejar sus empleos para hacer un cambio en sus vidas. La pandemia y todo lo que ha sucedido en el último año y medio en el mundo tiene mucho que ver con esa decisión.


Sin embargo, es importante tener claro por qué y para qué se deja la empresa. ¿Estamos ante una necesidad de cambiar o es una salida a una situación de estrés por lo vivido este último año y medio por culpa de la pandemia? Algunas preguntas pueden ayudarnos a aclarar nuestro futuro.


¿Por qué dejar tu empleo?


Es importante preguntarse cómo se ha llegado a esta situación y si ya se ha pasado antes por una situación similar. Eso puede ser clave para entender si estamos ante una situación coyuntural o si, por el contrario, es un punto de no retorno. Ver las cosas con algo de perspectiva puede añadir un punto de vista que nos ayudará a elegir en la dirección correcta.


El psicólogo Lee Chambers explica la importancia de analizar si estamos sintiendo angustia por exceso de trabajo o por recibir presiones de los jefes, porque, en ese caso, parece lógico renunciar: "Si es algo que es fundamental para que se sienta como un ser humano, es casi como si esa decisión se tuviera que tomar inmediatamente. De lo contrario, tendrá un impacto cada vez más negativo en su salud".


Sin embargo, Chambers apunta a la necesidad de ser honesto con uno mismo: "¿Cuáles son tus frustraciones? ¿Cuál es ese punto de fricción principal, lo único que realmente ha inclinado la balanza por lo que esta pregunta se ha vuelto prominente en su mente?" Es decir, hay que analizar si realmente necesitamos dejar ese empleo o si, por el contrario, hay otras causas que nos están llevando a plantearnos esa situación, como salarios, falta de motivación, etc.


También es vital ser consciente de cuánto tiempo llevamos pensando de esa manera. Si nuestro deseo de dejar el empleo comenzó con la pandemia, es muy posible que el covid tenga mucho que ver en esa decisión y que, cuando todo pase, nos podamos arrepentir. Si, por el contrario, son razones de peso que vienen desde mucho antes, quizás sí sea el momento de dar el paso.


La dificultad de cambiar de empleo


En una situación como la actual, con un mercado de trabajo tan precario, tomar la decisión de dejar un empleo no es fácil, ya que no hay muchas posibilidades esperando. Por eso, la consultora Eleanor Tweddell señala que la pregunta clave que debemos hacernos es qué es lo que quieres hacer: "La pregunta más importante en la que puedes trabajar es cómo quieres vivir y cómo quieres ser. No pensamos lo suficiente en nuestros valores, sin embargo, aquí es donde a menudo se sientan nuestras resistencias y conflictos".


También es vital ser consciente de lo que se deja atrás cuando se renuncia a un empleo. El salario y la estabilidad es, posiblemente, lo más importante, pero no lo único; también se abandonan amigos, rutinas o beneficios sociales que hemos ido acumulando a lo largo de los años. Y no todo el mundo está dispuesto a perder todo eso o, simplemente, una parte.


En el lado contrario de la balanza hay que poner qué es lo que se gana con esa decisión. Quienes toman la decisión de un cambio de trabajo suelen hacerlo por una mejora en sus condiciones laborales, lo cual es muy importante. Pero aquellos que van a dejar su empleo sin tener otra opción sobre la mesa tienen que valorar muy bien los pros y los contras de su decisión.


Por último, no estaría de más echar la vista atrás y replantearse si hay alguna opción de arreglar las cosas con la actual empresa antes de dar el paso. Y si los problemas vienen por tener un jefe tóxico, quizás te lo puedas saltar para intentar hablar con otros responsables y buscar un cambio sin que eso suponga la salida de la compañía. Buscar soluciones idóneas para todos puede ayudarnos a no meternos en un problema de difícil salida.


Actualidad Laboral / Con información de El Confidencial