La libre circulación de personas ha desaparecido en el Reino Unido tras su salida definitiva de la Unión Europea (UE). Los británicos tienen restringido el movimiento en el continente, lo mismo que los comunitarios en las islas. A partir del 1 de enero, quien quiera residir en el archipiélago más de seis meses necesita tener un visado en mano. Como consecuencia, se ha desvanecido la libre circulación de trabajadores, y ahora, el mercado laboral ve redefinir las reglas de juego.
Lo cierto es que el Gobierno de Boris Johnson tenía la oportunidad de conservar los derechos en este ámbito, como gozan los trabajadores de países que pertenecen al Espacio Económico Europeo: Noruega, Islandia y Liechtenstein. Pero, la voluntad de limitarse a un acuerdo de libre comercio al estilo Canadá-UE, ha llenado de requisitos y burocracia la llegada de trabajadores comunitarios al Reino Unido, lo que empieza a entorpecer el intercambio de profesionales.
Condiciones
El primer mes con el nuevo pacto en vigor ha estado lleno de confusión. El desplazamiento de trabajadores está siendo una de las consultas más recurrentes, que reciben la Oficina Económica y Comercial del Gobierno en Londres y las oficinas de Acció de la Generalitat en la capital británica, aseguran fuentes de ambas instituciones. Hay varios frentes abiertos respecto a los trabajadores de nueva llegada. Los europeos que residían en el Reino Unido antes del 1 de enero, mantienen intactos sus derechos que tenían con el acuerdo de Retirada.
Cristina Serradell, directora de la unidad de internacionalización de Acció, comenta que a partir de ahora, los ciudadanos comunitarios son tratados como los de cualquier país tercero. Deben hacer frente al sistema de puntos del sistema de inmigración británico, que prioriza su cualificación profesional por encima del país de origen.
Existen varios tipos de visado. El básico, de trabajador cualificado, requiere una oferta de trabajo reconocida por las autoridades del país, un salario mínimo (normalmente es de 26.500 libras, unos 29.000 euros), un nivel de inglés intermedio (B1) y el papeleo correspondiente a la solicitud. Más fácil lo tienen los trabajadores altamente cualificados, como profesionales de las ciencias, la ingeniería, las humanidades, el diseño o el cine. Deberán gestionar papeleo y visado, como todos, pero a través de un proceso más rápido, comenta Serradell.
Residencia
Serradell comenta que más allá del cumplimiento de estas reglas y del papeleo correspondiente, uno de los mayores rompecabezas es ahora el traslado temporal de trabajadores europeos para proyectos puntuales en empresas del Reino Unido. “En estos casos, reina la confusión”, señala. Lo cuenta Ramón Pérez, director de la Assessoria Tècnica del Sòl, una compañía española especializada en servicios de investigación en geología. “Hasta ahora, el equipo profesional y la maquinaria entraban sin problemas. Ahora no tenemos nada claro. Debemos rellenar papeleo para exportar la tecnología de forma temporal y pagar el seguro privado de nuestro bolsillo para los trabajadores españoles que enviamos al Reino Unido. Sin duda, perdemos agilidad”, lamenta el directivo.
Actualidad Laboral / Con información de La Vanguardia