Estamos obsesionados por demostrar todo lo que sabemos. Cuando queremos acceder a un nuevo trabajo nos volvemos locos intentando ofrecer nuestras habilidades más técnicas y todo el saber, sobre el sector en cuestión. En la mayoría de las ocasiones, nos olvidamos de lo más importante: una buena actitud de cara a la vida y el trabajo.
Sabemos todos los trucos para realizar una entrevista de trabajo, más que decente. Sabemos cómo superar con éxito un test de competencias laborales. Y sabemos, qué preguntas no debemos hacer cuando llegue el momento. También controlamos los errores que pueden convertir esa entrevista en un completo desastre. Pero, hay algo que tendemos a obviar por no conocer el valor que añade. Se trata de demostrar nuestras habilidades sociales.
Dave Anderson, director de tecnología en Amazon, es un experto en este terreno. Recluta a menudo a nuevos talentos para su empresa y, para él, en muchas de las ocasiones, el valor de una buena actitud está por encima de los aspectos más funcionales del puesto.
Las habilidades blandas por encima de todo
En un artículo para 'Medium', Anderson parte de su experiencia para explicar la importancia de las buenas actitudes, las conocidas como ‘blandas’. Los trabajadores con habilidades blandas no hacen más que proporcionar cierta influencia al equipo. No solo contribuyen con su trabajo, sino que también mejoran los esfuerzos de sus compañeros. Por eso, aunque no requieren el mismo tipo de preparación, son tan esenciales para el proceso de entrevista.
“He visto a decenas de personas fallar en Amazon, y el 80% lo hace por problemas de habilidades sociales”, comenta Anderson. Y añade que, no “fracasan porque son unos idiotas. Fracasan porque no escuchan a sus compañeros de trabajo. Fallan porque no tienen la capacidad de recibir retroalimentación. Fracasan porque no manejan bien los errores”. Porque, un equipo funcional es más valioso que un individuo con habilidades funcionales.
Las virtudes de las habilidades blandas
Además de ser un sujeto que mejora los esfuerzos del equipo, un trabajador con las habilidades blandas desarrolladas puede ser un elemento inspirador. De esta forma, y sumado al conocimiento de la empresa, hará que mejore la productividad. “Estas personas son conscientes de que siempre pueden aprender más y, por lo tanto, están abiertas a nuevas ideas. Las habilidades sociales son fundamentales para el crecimiento y, a largo plazo, el potencial de crecimiento es más importante que las habilidades funcionales existentes”, asegura Anderson.
Si te sientes un gran habilidoso social, no debes olvidar dejarlo ver en una entrevista. Su valor se sumará a tus habilidades técnicas y funcionales. Y, puedes hacerlo de múltiples maneras. Lo importante es demostrar que no solo serás un trabajador calificado y cualificado, sino que “otros disfrutarán trabajando contigo”. Puedes también demostrar que no solo agregarás tus habilidades funcionales, que ya han conocido previamente y que interesan también a la empresa, “sino que mejorarás la productividad y la felicidad de quienes te rodean”, asegura Anderson.
No olvides el valor de tus habilidades sociales. Es un valor en alza en las entrevistas de trabajo. No dejes de hacerlas notar.
Actualidad Laboral / Con datos de La Información